En los últimos meses se está hablando mucho de los ‘influencers’, considerados los nuevos reyes del marketing digital. Son jóvenes normales que alcanzan fama mundial gracias a los contenidos que publican en redes sociales como YouTube o Instagram. Contenidos que atraen cada vez a más jóvenes, que se identifican con ellos y que están dispuestos a seguir los pasos de sus nuevos ídolos. Los deportistas, cantantes o actores pasan a un segundo plano: ahora los youtubers y los instagrammers han tomado el mando. Y las marcas quieren estar con ellos.
“Los creadores de contenido somos los que estamos moviendo el marketing”, explicó Jorge Cremades durante el NewVideo Congress de Madrid, el primer foro que junta a influencers y marketeros para empezar a organizar las bases de una relación que no ha hecho más que empezar. Cremades es una estrella digital que con su humor en redes sociales ha conseguido más de 340.000 suscriptores en YouTube, 2 millones de seguidores en Instagram y 5 millones de ‘me gusta’ en Facebook. Ahora hace anuncios para marcas como Kalise, multiplicando de manera exponencial los resultados en comparación con famosos que provienen del ‘mundo real’. “Lo auténtico mola, lo forzado no”, explica Jesús Cubero, director de marketing y comunicación en España de la cadena de comida rápida KFC. “Si necesitas ser auténtico, el uso de los influencers funciona en muchas ocasiones”, añade, aunque puntualiza que las marcas deben adaptarse a los contenidos habituales de cada influencer si quieren que la campaña tenga éxito. “Las marcas tienen que entender que no somos la teletienda”, explica la youtuber Sylvia Salas, quien afirma haber invertido más de 7.000 euros en equipos para realizar vídeos de calidad. Porque cuando las marcas entran en la ecuación, el contenido no debe variar, pero sí mejorar, aunque el youtuber Rush Smith asegura que “lo importante es el contenido, no la técnica”.
Lo que está claro es que el vídeo es el formato estrella de Internet. Se estima que el 74% del tráfico web en 2017 será vídeo, cifras que crecen año tras año por la mejora de la velocidad de conexión y el abaratamiento de las tarifas. Este aumento del vídeo cambia las bases que delimitaban algunas industrias, como la publicidad o la información. “El vídeo se consolida como una industria potente más allá del pleno entretenimiento”, afirma Gerard Gracia, organizador del NewVideo Congress. Por eso las marcas cambian también sus estrategias y buscan el vídeo digital, donde precisamente está el público más interesante, pero a la vez más complicado, los millennials. “El vídeo es un facilitador de la comunicación, es un formato flexible, de alto impacto, que hace que podamos comunicarnos de una manera muy efectiva con nuestro futuro cliente”, explica Tristán Elósegui, fundador de Matridiana. Ese cliente son chicas de entre 14 y 19 años, nativas digitales, que consumen vídeos en Internet y que buscan contenidos creados por las marcas, de las que son fans más allá de consumidoras (en ocasiones ni siquiera compran esas marcas, a pesar de identificarse con su imagen). ¿Y qué vídeos consumen en Internet? Los de los youtubers: el programa de televisión que ven cada noche no es uno con millones de euros de presupuesto y centenares de profesionales detrás, sino el vídeo de entre 6 y 10 minutos que un chaval de su misma edad ha grabado en su habitación con una webcam, pero en el que cuenta cosas de su interés porque están creados con su misma mentalidad. Muchos adultos no encuentran el sentido a estos vídeos, pero ¿acaso piensa alguien que los casi 21 millones de suscriptores al canal de elRubius o los más de 48 millones de PewDiePie están equivocados? Pues las marcas tampoco lo piensan, así que se han dado cuenta de que el futuro de sus anuncios está ahí, en los canales de los yotubers o en sus propios canales en estas plataformas, lo que se conoce como branded content. Bienvenidos al futuro de la publicidad. Y de la televisión, del entretenimiento, de las celebridades…