Sus acciones se han revalorizado un 163 % en su estreno en el parqué, adonde llega con una valoración de 1.460 millones de dólares y muchas dudas sobre un producto complicado de entender en la actualidad.
Podríamos decir que en no mucho tiempo habrán desaparecido de nuestros platos la hamburguesa de ternera, el pollo asado o el bacon. Pero no sería del todo cierto, ya que lo que plantean Beyond Meat y otras start-ups similares no es privarnos de la carne para siempre, sino privar a los animales de dar su vida por nuestro apetito. La respuesta y solución está en las proteínas vegetales, trabajadas hasta haber logrado texturas y sabores extremadamente similares a los de la carne real. Es poco frecuente que alguien se conforme con un sucedáneo si el original está a su alcance (basta ver los precios de las grandes cadenas de comida rápida), pero es precisamente lo que ha sucedido con la salida a Bolsa de Beyond Meat.
La compañía estadounidense se ha estrenado en Wall Street con una valoración que ha superado los 1.460 millones de dólares. Sus acciones salían a la venta a 25 dólares el título y han cerrado su primera jornada en el parqué en 65 dólares, un 163 % más. En algún momento del día han llegado a alcanzar los 73 dólares por acción. Pero ¿qué tiene Beyond Meat que ha obnubilado a los trajeados traders neoryoquinos e incluso a Bill Gates o Leonardo DiCaprio?
La historia de Beyond Meat
La compañía nació en California hace una década a manos de Ethan Brown, uno de tantos emprendedores estadounidenses que buscan cambiar el mundo. Pero a diferencia de sus compañeros de fatigas, que lo hacen a través de plataformas web y dispositivos tecnológicos, Brown lo quiere hacer desde el estómago. Su objetivo es más que ambicioso: sustituir a largo plazo el consumo de carne procedente de animales con su producto. Lo hace por un cúmulo de razones que van desde la eliminación del sufrimiento animal hasta el cuidado del medio ambiente. Porque la carrera de Brown está ligada al cuidado del planeta. Comenzó a trabajar en energías renovables para después fundar Beyond Meat y buscar proteger a la Tierra diseñando un producto capaz de revolucionar una de las industrias que más contaminantes genera: la cárnica.
"El ganado es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de efecto invernadero", explica el propio Brown en la carta que acompaña a la empresa en su salida a Bolsa. La compañía sostiene que la digestión de las vacas y cerdos contribuye al calentamiento global, algo que la comunidad científica en general ha confirmado en repetidas ocasiones. Se calcula que el 9 % del CO2 achacable a los humanos tiene que ver con la ganadería.
Para evitar estos daños al medio ambiente, la propuesta de Beyond Meat no es evitar la carne y convertir en veganos a los humanos, sino en crear una nueva carne. Una que no sea tal, pero lo parezca. Y para ello utilizan la tecnología y la química para emular la textura, el sabor, el color e incluso el olor de la carne gracias a una inteligente combinación de aminoácidos, minerales, lípidos, agua o vitaminas, entre otras sustancias de origen natural. Los ingredientes comprenden patata, guisantes, aceites o levaduras que se combinan hasta lograr las hamburguesas y salchichas que han puesto en el mapa a la compañía, que ahora apunta al pollo y al cerdo como próximos objetivos.
Por qué Beyond Meat podría triunfar de verdad
Los productos de Beyond Meat se venden desde hace tiempo en el paraíso de la nueva alimentación, los supermercados Whole Foods que compró Amazon (plataforma en la que también se pueden adquirir). Pero las falsas hamburguesas de la compañía son tónica habitual en otros super e hipermercados de Estados Unidos y Europa, e incluso pueden consumirse en restaurantes de comida rápida como A&W o Carl's Jr, lo cual demuestra que de 'falsas' en realidad tienen poco. De hecho, Brown no reniega de la alimentación animal y no busca reconvertir en vegana a la ciudadanía, hasta el punto de que su público objetivo no son los más ecologistas: en realidad apunta a esa bolsa de personas (los 'flexitarianos') abierta a combinar en su dieta la carne real y la carne simulada, y para ello esgrime el cuidado del medio ambiente y el de la salud (la carne real está relacionada, en consumos elevados, con enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes; esto también lo dice la ciencia). El 40 % de los consumidores probaría productos cárnicos de origen vegetal, según Nielsen. La industria cárnica mueve 1,4 billones de dólares al año (billones no estadounidenses: reales).
Un jugoso mercado que Wall Street parece haber comprendido, en parte porque juega a su favor el saber que
Beyond Meat facturó el año pasado 88 millones de dólares, aunque acumula 30 millones en pérdidas. La salida a Bolsa permitirá a la compañía mejorar sus finanzas, ganar visibilidad, expandirse a más mercados e innovar para lograr nuevos productos. También le ha permitido tener al enemigo dentro:
Tyson Foods, el mayor productor de carne real de los Estados Unidos, ha comprado el 6,5 % de Beyond Meat.
Porque los tiempos cambian y nunca se sabe...