La compañía sumó casi 9 millones de abonados en el último trimestre de 2018, ingresó un 35 % más y duplicó sus beneficios, pero también ve cómo crece su deuda hasta superar las cinco cifras. Todo forma parte de una calculada estrategia. ¿Funcionará?
Netflix es un caso de estudio desde cualquier punto del que se mire. La compañía ha cambiado la forma de consumir televisión, ha demostrado que los atracones de series funcionan mejor que el cuentagotas, ha dado una nueva vida a la industria del cine, nos ha puesto a todos a pagar por ver películas y series... Podríamos enumerar decenas de razones por las cuales es una de las empresas más admiradas del momento. Pero vamos a hablar de números. Los de Netflix dan para mucho, y también son de estudio.
La compañía acaba de hacer públicos los datos del último trimestre de 2018. Y mejor no le podría haber ido: ganó 8,8 millones de usuarios, hasta cerrar 2018 con 139 millones de suscriptores a lo largo y ancho del planeta. Entre julio y septiembre había sumado 6,9 millones de usuarios, por lo que el ritmo no solo continúa, sino que coge velocidad, a pesar de que sus previsiones contaban con 9,4 millones de abonados más en el último trimestre. Durante la presentación de los resultados Netflix ha asegurado poder sumar otros 9 millones de suscriptores en el primer trimestre de 2019.
Estas constantes sumas de nuevos suscriptores están catapultando los ingresos de Netflix. La compañía mejoró un 35 % sus cifras en 2018, hasta alcanzar los 15.800 millones de dólares. Los beneficios ascendieron a 1.210 millones, el doble que en 2017. Desglosado, en el último trimestre del año logró ingresos de 4.190 millones de dólares, con 134 millones de beneficio.
Netflix gana usuarios y dinero, pero también deuda
Si bien todos estos datos son positivos por el crecimiento que suponen para la compañía, lo cierto es que en paralelo está creciendo su deuda. En 2018 creció en casi 4.000 millones de dólares, desde los 6.500 millones con que cerró 2017 hasta los 10.400 millones que tiene ahora mismo. La compañía resta valor a su abultada deuda, cuyo crecimiento en el último año supone estar quemando 14 millones de dólares al día, porque lo considera un mal necesario para lograr sus objetivos de futuro: continuar liderando el negocio del streaming con una gigantesca bolsa de usuarios y contenidos de alta calidad para todos los gustos. Y ambas variables tienen un coste: Netflix desembolsó en 2018 alrededor de 2.000 millones de dólares en marketing y cerca de 8.000 millones en la producción de películas y series.
Las cifras prácticamente se equiparan con la deuda de la compañía, por lo que a priori podría considerarse que aumentando los ingresos se podría mantener el actual ritmo. Sin embargo, es de esperar que a medida que lleguen nuevos usuarios, y más en un contexto de fuerte competencia en el que se espera a nuevas y potentes plataformas, los usuarios también sean más exigentes con un Netflix más caro y ante el cual existen alternativas.
El cualquier caso, es poco probable que el reinado de Netflix esté amenazado a corto plazo. Según 'The Telegraph', 1 de cada 10 minutos de consumo televisivo en Estados Unidos es de Netflix. La plataforma sirve 100 millones de horas de vídeo cada día, y la película 'A ciegas', de producción propia, superó los 80 millones de espectadores en sus primeras cuatro semanas en el catálogo.
Es más,
Netflix no tiene miedo a HBO, Disney o incluso Apple y sus planes para entrar en el negocio del streaming. Para la compañía de Reed Hastings, el verdadero enemigo a batir son el videojuego
Fortnite y YouTube.
Literalmente.