Aumentará entre uno y dos dólares el precio de sus planes de suscripción, una subida que por primera vez afectará a su famoso paquete de 7,99 dólares/euros mensuales.
Netflix volverá a subir el precio de sus planes de suscripción en 2019. No es la primera vez que lo hace, pero esta vez afectará a todos sus paquetes. La subida de precios, justificada en el alto coste de la producción original y la compra de derechos punteros, llegará en algún momento indeterminado de 2019, como han destacado medios de todo el mundo.
La plataforma subirá un dólar el plan básico, hasta los 8,99 dólares mensuales. Asimismo, aumentará en dos dólares el coste de sus otros paquetes, el estándar (que pasará a costar 12,99) y el premium (que alcanzará los 15,99 dólares mensuales). En principio, la subida se restringirá a Estados Unidos, donde aglutina la mayor parte de su negocio, pero hay rumores que apuntan a Alemania como el siguiente país en experimentar el incremento de precios. Lo que lleva a pensar que podría extenderse al resto de mercados. La compañía subió en Bolsa tras anunciarse la subida de precios, ya que los analistas creen que el ritmo de aumento de usuarios se ralentizará pronto, limitando por ello los ingresos.
De hecho, Netflix fue penalizada en Bolsa el año pasado al demostrar en una presentación de resultados una ligera ralentización en el ritmo de captación de nuevos suscriptores. La compañía cuenta actualmente con casi 140 millones de abonados, de los cuales alrededor de 60 millones están en Estados Unidos. Y aunque continúa adquiriendo nuevos suscriptores, es de esperar que en no mucho tiempo sea incapaz de continuar con el actual ritmo. Sobre todo porque el sector del streaming se encamina hacia la burbuja, y además en 2019 llegarán las OTT de Warner Bros. y Disney. Esta última contará con un gigantesco catálogo que se espera que haga frente a Netflix con cierta soltura, en un entorno en el que HBO deberá encontrar la forma de mantener el interés tras el final de Juego de Tronos, que llegará en abril.
Los riesgos para Netflix al subir precios
Con este panorama, puede comprenderse la subida de precios de Netflix: si el ritmo de adquisición de nuevos suscriptores se va a ralentizar, la única forma de mantener el flujo de ingresos, necesario para la compra de derechos y la financiación de contenidos exclusivos, es aumentando el precio que pagan los suscriptores. Sin embargo, la medida contiene el peligro de la fuga de abonados. Primero, por esa burbuja de plataformas: muchas comparten contenidos, películas y series que se pueden ver indistintamente en varias de ellas. Segundo, porque muchas producciones originales son de nicho, lo que exigiría o redoblar el esfuerzo inversor para que muchos nichos hagan masividad, o bien dejar a un lado los productos de nicho y centrarse en crear contenidos de laboratorio capaces de gustar a prácticamente cualquier espectador. Algo que no se podría justificar con un precio elevado: para eso ya está la televisión en abierto.
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Habrá que esperar a ver cómo reaccionan los usuarios a esta nueva subida de precios y qué puede ofrecer Netflix a cambio. Alcanzar los 16 dólares mensuales en una OTT, unos 14 euros, se antoja un precio en línea con el de algunas plataformas de televisión de pago con canales en directo y servicios de vídeo bajo demanda. Algo que puede beneficiar a las telcos que las poseen, al poder arrastrar hacia sus servicios a los usuarios descontentos de Netflix. Pero que también puede dar lugar a la búsqueda de estrategias para continuar disfrutando de la plataforma estadounidense sin abonar la totalidad del precio, como compartir cuenta con otras personas. Aunque esta práctica es una de las razones por las que Netflix aumenta precisamente su precio progresivamente.
En cualquier caso, si algo explica el éxito de Netflix es que el bajo precio de sus planes convertía en prácticamente nula la barrera de entrada al servicio. Y en nulo el mantenimiento del abono incluso en periodos vacacionales o de bajo consumo televisivo por cuestiones personales (exámenes, por ejemplo). Si bien quienes compartan cuenta no van a dejar de suscribirse y darse de baja por estas cuestiones, los usuarios que deseen mantener su cuenta bajo control personal sí podrían convertirse en intermitentes, arrojando irregularidad a los ingresos de la compañía, con el consiguiente riesgo en Bolsa.
Pintado así,
cualquiera de los escenarios parece negativo para Netflix. Pero debemos tener en cuenta que la compañía nació como un videoclub y a base de
analizar al detalle los datos de uso de arroja la plataforma ha logrado crear un nuevo modelo de negocio que
ha revolucionado sectores que van desde la propia televisión hasta el cine, la producción de contenidos o incluso las salidas nocturnas para cenar. No es de extrañar, por tanto, que la compañía cuente con
sólidas evidencias de que esté haciendo lo correcto. Cómo lo vean los usuarios es otra cosa.