El error habría sido descubierto en 2015, pero Facebook no lo hizo público hasta un año después y tras una investigación de 'The Wall Street Journal' que lo puso sobre la mesa. Las visualizaciones de los vídeos habrían sido infladas hasta en un 900 %, según las acusaciones. Facebook reconoce el error en la medición, pero niega que fuera voluntario.
La cruzada contra Facebook no cesa, y lo peor para la compañía de Mark Zuckerberg es que los frentes abiertos se ceban con su propio funcionamiento interno. Ahora le toca al vídeo, una de las grandes apuestas de la compañía desde hace varios años, y cuyo culmen debería ser la puesta en marcha de Watch, su plataforma con películas y series, entre otros contenidos. En su momento, y para facilitar el control sobre este cotizado formato, Facebook vetó en sus muros los vídeos de otras plataformas (véase YouTube), con la intención de gestionar tanto la audiencia como la publicidad. También la inversión en promocionarlos. Y eso ha escocido a los anunciantes que se rascaron el bolsillo: gastaron dinero en vídeos con unas cifras de audiencia en mente que, según denuncian, eran falsas. Acusan a Facebook de haberlas inflado durante más de un año, como poco. Dicen que entre un 150 y un 900 %.
El culebrón comenzaría en 2015, cuando Facebook descubrió un error en el sistema de medición de visualizaciones de sus vídeos. La compañía solo contabilizaba las visualizaciones superiores a los tres segundos cuando calculaba la 'duración media de vídeo visto'. Las visualizaciones de menos de tres segundos no eran tenidas en cuenta, inflando como consecuencia la media de visualizaciones.
Poco después cambió el sistema de medición para reflejar las visualizaciones de cualquier duración, y lo llamó 'duración promedio de visualización'. El sistema fue revelado en 2016 por 'The Wall Street Journal', que publicó que Facebook había sobreestimado el tiempo promedio de visualización de los anuncios insertados en los vídeos. Poco antes de la publicación, Facebook había revelado el problema. Pero había pasado un año desde que lo había descubierto.
Así funciona el suculento negocio de las visualizaciones falsas en YouTube
Por un pequeño puñado de dólares se pueden conseguir audiencias astronómicas. Que sean falsas es otra cosa. El postureo pasa factura sin que nadie pueda remediarlo.
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Guerra de los anunciantes contra Facebook
Una vez se hizo público, un grupo de anunciantes presentó una demanda ante el Tribunal Federal de California, alegando que la red social había incurrido en conducta comercial desleal, ya que la difusión de métricas inexactas creó la ficción de vídeos con mayor audiencia de la real. Ello habría llevado a muchos anunciantes a invertir dinero en la plataforma para seguir promocionando sus vídeos. Una nueva denuncia, esta actual, acusa de fraude a la compañía de Zuckerberg, que niega haberse lucrado a causa del error, así como las cifras referentes a la sobreestimación de visualizaciones que aportan los anunciantes: reconoce únicamente visitas infladas en un 60 a 80 %.
Facebook controlaba las métricas en exclusiva, pero
la revuelta de importantes anunciantes (como la Asociación de Anunciantes Nacionales, que aglutina, entre otros, a Procter & Gamble, General Electric y Verizon) llevó a la red social a
permitir la verificación externa del conteo. Actualmente realiza auditorías externas. Lejos de tratarse de una cesión de soberanía, se trata de preservar un negocio redondo:
el vídeo online moverá este año 27.800 millones de dólares, un 30 % más que el año anterior, y Facebook se lleva el en Estados Unidos el 25 % de la inversión publicitaria en este formato.
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