‘The Independent’ se ha convertido en rentable por primera vez en más de dos décadas, de acuerdo a su propietario, Evgeny Lebedev. Los buenos resultados llegan seis meses después de abandonar de forma definitiva su versión impresa, informa ‘Financial Times’.
La compañía ha experimentado un crecimiento en digital. La audiencia pasó de 15,8 millones de usuarios únicos en febrero (en marzo abandonó el papel) a 21 millones en junio como consecuencia del Brexit. En agosto estabilizó sus datos en 16,2 millones de usuarios, según comScore, pero de acuerdo a los datos que maneja la Oficina de Auditoría de la Circulación, la audiencia de ese mes llegaba a los 74,3 millones de visitantes únicos (un aumento del 41% anual).
La publicidad digital también ha experimentado un crecimiento del 45% anual y se esperan ingresos de 20 millones de libras en 2016.
Pero parece que lo mejor está por llegar. Según los responsables del diario, librarse de la infraestructura que conlleva la impresión les permite ser más flexibles. Aunque la flexibilidad también ha afectado al personal, reducido a la mitad para que periodistas más jóvenes y peor remunerados lleven los mandos de su futuro digital.
No son pocas las voces que ya han señalado que la rentabilidad puede salir cara a largo plazo. Los amantes del papel destacan que su original diseño era lo que le diferenciaba del resto de diarios, algo que no se puede reproducir de igual forma en digital. También desde dentro del periódico empiezan a notar un cambio de rumbo en su afán por atraer a los lectores jóvenes con artículos más ligeros. Pero lo que está despertando mayores recelos es la contratación de periodistas expertos en materias como belleza, tecnología o alimentación para que ayuden a crear contenidos patrocinados. Es decir, un nuevo tipo de profesional híbrido, mezcla de periodista y comercial.
Sin duda su caso será seguido muy de cerca por otros medios que sopesan mantener exclusivamente sus ediciones digitales y soltar el lastre del papel. Pero deberían pensárselo bien, a tenor de un artículo académico de la Universidad de Texas que pone en cuestión que las ediciones digitales estén a la altura de las impresas, destaca que han sido incapaces de generar suficientes ingresos y recuerda que la gente aún valora los productos tangibles (sobre todo las personas de mediana edad).