Empecemos por el principio: las redes sociales como Instagram son el escaparate perfecto para actores, cantantes, modelos o deportistas y, por supuesto, para los llamados influencers; todos ellos pueden interactuar con su público y promocionar sus respectivos trabajos. Pero ese público pertenece a Mark Zuckerberg, cuyo algoritmo es quien decide qué publicaciones obtienen mayor o menor relevancia, salvo que se pase por caja para ganar notoriedad. De ahí que los buenos resultados requieran inversión, lo cual tampoco asegura un buen posicionamiento porque se compite con anunciantes que intercalan sus contenidos entre las publicaciones. Demasiados competidores por la atención del usuario, que queda diluida.
La solución parece tenerla 'Escapex', un nuevo planteamiento del concepto de red social basado en la creación de redes sociales independientes. En este caso, la celebridad de turno se abre un perfil (que en realidad es una app específica y exclusiva para esa persona) y aglutina allí a su audiencia, en teoría interesada en su trabajo o en su figura. Pero hay varias diferencias, una de las cuales es que los usuarios pagan por seguir a ese perfil. Lejos de suponer una barrera, hacer pasar por caja a los fans implica aglutinar en el perfil únicamente a los realmente interesados en esa persona a la que siguen. Lo cual elimina a bots, trolls o usuarios que siguen la cuenta simplemente porque pueden hacerlo.
Otra de las diferencias es que en 'Escapex' no hay publicidad, lo que evita que los usuarios tengan que ser controlados (espiados) para conocer sus gustos. La app se financia quedándose el 30 % de las cuotas que abonan los usuarios a cada perfil al que se suscriben, cuyos precios deciden los famosos de turno (incluso pueden ofrecer todo su contenido de manera gratuita sin que eso perjudique a su posicionamiento o a la experiencia de los usuarios). Al no haber publicidad o un feed común, ningún perfil debe pagar por mejorar su posicionamiento: para consultarlos hay que dirigirse específicamente a cada uno de ellos. Los usuarios tienen que buscar los contenidos.
Además, en Escapex todos los contenidos son propiedad de sus respectivos dueños, por lo que la app se convierte en un mero intermediario sin capacidad real de decisión. De hecho, no censura desnudos o contenidos supuestamente inapropiados: cada propietario del perfil se encarga de determinar qué considera apropiado o no en su parcela, que funciona a modo de red social independiente.
Hasta el momento, unos 350 influencers y famosos (entre ellos el actor Jeremy Renner, Amber Rose o la modelo Alessandra Ambrosio) se han sumado a Escapex. Suman unos 3.500 millones de seguidores en otras redes sociales, aunque las cifras que maneja Escapex hablan de unos 20 millones de usuarios con una apertura de la app que alcanza las cuatro veces al día. El 12 % de ellos pagan una media de 6 dólares mensuales por acceder a los contenidos de sus personajes favoritos.
La compañía fue fundada en 2015 y hasta ahora ha recaudado unos 18 millones de dólares. Pero quienes están haciendo el verdadero negocio son las estrellas que se han instalado en Escapex. La modelo Abigail Ratchford cuenta con casi 9 millones de seguidores en Instagram, aficionados a sus sugerentes fotografías. En Escapex supera las 50.000 descargas y cobra alrededor de 9,99 dólares al mes por acceder a sus contenidos. Si se resta el 30 % que se quedan los desarrolladores de la plataforma, Abigail Ratchford podría estar embolsándose 350.000 dólares al mes. La web 'Fast Company' rebaja la cantidad a 35.000 dólares mensuales, en línea con el resto de celebridades presente en la plataforma. Tampoco está mal.