Prisa no está en venta, al menos hasta que se demuestre lo contrario. El antaño poderoso grupo mediático arrastra una deuda superior a los 1.500 millones de euros y tiene serias dificultades para hacer caja, en línea con la naturaleza de un negocio que no encuentra la forma de rentabilizarse en la era digital. De momento. Hasta ahora, la estrategia ha pasado por aguantar el tirón a base de préstamos y ligeras ventas, ya fuera de propiedades o marcas menos rentables o estratégicas. Todo con el objetivo de reforzar las insignias de la casa ('El País', 'Cadena SER' y Santillana, principalmente), donde sí que no existen posibilidades de ceder (aunque Santillana camine en la cuerda floja, conscientes de que es la única línea de negocio que da dinero y que, por tanto, alguien puede querer).
A pesar de la situación, el hasta ahora principal accionista del Grupo, el fondo estadounidense Amber Capital, baraja presentar una OPA para hacerse con el control de la compañía. Actualmente posee el 27% de las acciones, por lo que necesita comprar menos de un 3% adicional para poder cumplir la normativa. Algo sencillo para ellos, dado el precio actual al que se negocian los títulos en el parqué madrileño: apenas 1,80 euros. Sin embargo, el asunto que frena a Amber Capital está relacionado con la imagen. Con el qué dirán: ¿qué pasaría si un fondo de inversión estadounidense se hiciera con el periódico generalista y la radio con más audiencia de España? Sonaría mal tanto para los poderes públicos como para gran parte del público, sin obviar que entre los actuales accionistas de Prisa hay importantes empresas españolas como el Banco Santander (tiene el 4,1 %) o Telefónica (9,4 %). Ambas estarían dispuestas a deshacerse de su participación.
Para sortear esas previsibles reticencias, Amber Capital ha llamado a la puerta de César Alierta, actual presidente de la Fundación Telefónica y expresidente de Telefónica. Alierta es un apasionado de los medios de comunicación y es muy cercano al Grupo Henneo, la actual gran esperanza del ecosistema mediático español por su revolucionaria forma de entender el negocio: no tienen deuda, digitalizan con éxito y se adentran sin miedo en aventuras que tal vez se alejan de la concepción clásica del negocio, pero que sientan las bases de un futuro en el que la tecnología lo es todo. Con ese panorama, que Henneo apoyase a Amber Capital en la compra sería un sello de calidad en la operación, que hasta ahora cuenta con el compromiso del fondo estadounidense de mantener la línea editorial y, por supuesto, de no deshacerse de Santillana (lo cual implica mantener la influencia del Grupo en el mundo educativo y editorial, también estratégico para el país).
A pesar de la búsqueda de Alierta, Amber Capital también baraja sumar a Planeta para que la operación quede aún más reforzada. Aunque sea Alierta el nexo: al parecer, y según explica 'Merca2', el expresidente de Telefónica lleva tiempo en conversaciones con José Lara, vicepresidente de Planeta, para que se sume a la aventura. La relación de Alierta con Planeta se remonta al momento en que Telefónica, bajo su mandato, vendió el 25 % de Antena 3 y Onda Cero al Grupo catalán. El Santander respaldó la operación. Demasiadas similitudes para una operación que podría cambiar el rumbo de Prisa si finalmente pasan a controlarla una máquina de inyectar dinero y dos importantes grupos mediáticos que han demostrado estar en condiciones de capear la crisis que azota a los medios. Todo ello con la supervisión de uno de los empresarios más importantes de España.
Uno de cada tres grupos caerá, pero los medios se preparan para una época de compras y fusiones que reconfigurará un ecosistema herido de muerte... hasta que el dinero haga aparición.
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