Pablo Motos demuestra en directo el poder de la televisión gracias a Instagram

El presentador de 'El Hormiguero' abrió en directo una cuenta en Instagram. En apenas tres minutos logró más de 11.000 seguidores. La cosa no acabo ahí.

La llegada de Netflix o el éxito de YouTube entre los jóvenes son verdaderos quebraderos de cabeza para la televisión tradicional, que ve cómo su modelo de negocio está en peligro ante el empuje de nuevas formas de consumir contenido audiovisual. Tal vez Instagram, tras su reciente apuesta por el vídeo con IGTV, fuera otro torpedo en la línea de flotación de unas cadenas que buscan reinventarse para no caer como si se tratase de periódicos. Pero no, Instagram ha demostrado en directo y en televisión el poder que sigue teniendo la (mal llamada) 'caja tonta'.

Durante la emisión de 'El Hormiguero' del pasado día 6, el presentador, Pablo Motos, contó con la ayuda de Nuria Roca para abrir en directo su cuenta de Instagram. Una cuenta personal (@pablomotos) que mostraría su vida más allá de las cámaras que de lunes a jueves logran reunir ante la pantalla a más de dos millones de personas. Ese mismo jueves aglutinó a 2.264.000 espectadores (15,1% de share). Y puede que ahí resida la explicación a lo que sucedió, que acaso pueda tomarse como un experimento e incluso como un trabajo de investigación con una clara conclusión: la tele mantiene intacto su poder.

El presentador y Nuria Roca hicieron pública la cuenta de Instagram. El primer pantallazo mostraba cero seguidores. En cuestión de minutos, y tras refrescar el perfil en directo, la cuenta logró superar los 11.000 seguidores. Una cifra que ha pasado altibajos durante la propia emisión del programa: llegó a alcanzar los 30.000 seguidores, aunque minutos después retrocedió hasta alrededor de 15.000. Un día después supera los 63.000 seguidores y ya contiene nueve publicaciones. Porque es aquí donde está el verdadero asunto de la noche.

Pablo Motos demuestra que la televisión mantiene su poder prescriptor

El perfil de Pablo Motos no contenía ninguna publicación, por lo que los presentes (aparte del propio Motos y de Nuria Roca, estaba el invitado de la noche, el cantante Melendi) se hicieron un selfi que colgaron en directo. La imagen, en apenas tres minutos, superaba los 115.000 me gusta y rozaba los 30.000 comentarios. Hablamos de tres minutos, en los que el vertiginoso crecimiento se daba por decenas de miles cada vez que se refrescaba el contenido. Un día después, la foto alcanza los 138.000 me gusta y supera los 34.000 comentarios.

El resto de las publicaciones acumulan alrededor de 17.000 me gusta cada una y apenas unos centenares de comentarios. El único vídeo supera las 90.000 reproducciones. Aunque la madrugada pueda explicar el escaso éxito de estas publicaciones, en comparación con la publicación estrella, tal vez la verdadera explicación del asunto sea que el anuncio ante más de dos millones de personas de que un personaje popular se estrena en Instagram y muestra en directo cómo realiza y sube su primera publicación tiene mayor poder del que imaginamos. Una retroalimentación entre la televisión y las redes sociales que ha demostrado cómo de intacto se mantiene el poder de la pequeña pantalla. Nos hemos dado cuenta (o al menos hemos vuelto a acordarnos de ello) gracias a un inesperado experimento que hoy ocupa páginas en todos los diarios. No hay nada más transmedia que valerse de todos los soportes para retroalimentarlos entre sí y crear un producto global capaz de permearlos para llegar hasta el público, que precisamente se encuentra en todos ellos. Pablo Motos lo ha vuelto a hacer.