Escuchar las noticias no es nuevo, llevamos décadas recurriendo a la radio para que alguien nos las explique sin importar dónde nos encontremos. Un método que funciona hasta el punto de haber mantenido a la radio en la cresta de la ola a pesar de la llegada del vídeo y de Internet. Pero el caso de los altavoces inteligentes podría ser diferente, principalmente porque son capaces de convertir en audio formatos hasta ahora meramente visuales, como el texto. Cierto es que muchos periódicos hace tiempo que permiten escuchar las noticias, pero la idea de altavoces inteligentes como Amazon Echo o Google Home es cambiar para siempre la forma en que interactuamos con los dispositivos, lo que irremediablemente obliga a adaptar todos los formatos existentes y, en realidad, cualquier realidad que quiera estar presente en esta nueva ecuación. Se lleva la voz. Se acabaron las pantallas.
Los medios de comunicación ya tienen experiencia en lo que supone aventurarse a una nueva realidad mediante un salto sin red. Por eso, en países como Francia, y ante la llegada de Amazon Echo, han apostado por los altavoces inteligentes. Unos cincuenta medios ya han desarrollado sus propias aplicaciones para permitir escuchar las noticias. No saben si funcionará y no existe un claro modelo de negocio detrás más allá de la publicidad, que dadas las características de lo que están desarrollando (pequeños flashes informativos) tiene pocas posibilidades de encajar. Pero saben que deben estar presentes desde el primer día. En parte para evitar que su espacio lo ocupe otro... como el propio Amazon.
"Debemos ser los primeros en posicionarnos donde estará el público mañana", explica a 'Les Echos' Thierry Masclot, editor de 'Télé Loisirs'. Los datos apoyan esta creencia: en Francia ya hay más de 250.000 altavoces conectados, principalmente Google Home. La llegada de Alexa, que solo en Estados Unidos está presente en 30 millones de hogares, promete revolucionar un mercado por descubrir y que marca una tendencia de futuro: el uso de la voz se impone progresivamente como la forma de interactuar con los dispositivos por antonomasia. Se estima que, en 2020, el 50% de las búsquedas en Internet se realizarán por voz, según cálculos de comScore. Y no hay que ser un lince para saber que muchas de esas búsquedas son de noticias.
Los editores no parecen preocupados sobre la forma de hacer negocio en los altavoces inteligentes. Un pensamiento muy al estilo de Silicon Valley, pero primero identifica el problema a solucionar y luego crea una solución, para cual pensará la monetización más adelante. El problema es que los medios ya cometieron varios errores al entrar en Internet, muchos de los cuales siguen pagando. Esta vez podría ser diferente, ya que, a pesar del empuje de la voz e incluso de la implantación en los hogares de los altavoces inteligentes, el smartphone no lo pondrá fácil porque sigue siendo tecnología punta difícil de sustituir. Y allí siguen reinando las webs tradicionales.
En cualquier caso, desarrollar una aplicación de voz que lea las noticias requiere una baja inversión que las grandes cabeceras están asumiendo. Algunas incluso han contratado a uno o dos empleados para que se centren en ello. Y van a lanzarse a una piscina que a priori asegura agua para todos, aunque su fondo sea un tanto opaco por lo inicial del fenómeno.