Economía y Sociedad

La Renta Básica Universal será una realidad “a finales de la década de 2030”

Varios países y ciudades tienen en marcha proyectos piloto

Miguel Ángel Ossorio Vega | Lunes 30 de abril de 2018
Así lo ha expresado Ray Kurzweil, director de ingeniería de Google y uno de los futuristas más importantes y relevantes del planeta.

La Renta Básica Universal (RBU o UBI, en sus siglas en inglés) es un concepto que actualmente está cargado de ideología, que es lo que queda cuando no hay razón que pueda justificar una idea. De un lado, quienes ven en ella la solución a la creciente desigualdad, que podría ser aún mayor conforme avance la automatización. De otro, quienes ven en ella el desincentivo definitivo para labrarse un prometedor futuro en la vida. Puede que las dos posturas tengan su parte de razón, pero lo único cierto es que todavía desconocemos el verdadero alcance de la RBU, aunque varios países tienen en marcha proyectos para analizar tanto su viabilidad económica como su utilidad social.

Hace unos días despertábamos con la noticia de que Finlandia pondrá fin a su experimento de una Renta Básica Universal, que durante dos años ha ingresado sin condiciones 560 euros mensuales a 2.000 personas de diversa índole: parados, estudiantes, trabajadores, empresarios… El objetivo era analizar cómo cambiaba la vida de esas personas el hecho de recibir dinero sin tener que trabajar, o a pesar de ello. Un puñado de euros que dista mucho del salario medio en el país, que en 2016 superaba los 3.650 euros mensuales, según la web Datosmacro. El país tiene una tasa de desempleo del 8,2% (marzo 2018), sobre una población de 5,49 millones de habitantes.

El caso es que Finlandia no ha cancelado su experimento antes de tiempo: los 2.000 afortunados seguirán recibiendo su RBU hasta diciembre de 2018, que es cuando finaliza el plazo de dos años. Pero los titulares de la prensa nos han hecho creer que el supuestamente estrepitoso fracaso del experimento había llevado al gobierno finlandés a cancelar el programa. Incluso hemos leído que porque no podía seguir sufragándolo. Finlandia tuvo superávit en 2017 y su deuda pública apenas supera el 61% del PIB. La de España ronda el 99%. Finlandia sí puede pagarlo: el experimento ha costado -o costará- algo más de 26 millones de euros.

Lo que ha pasado con Finlandia es que los detractores de la RBU han tenido ante sí una oportunidad de oro para desacreditar a algo que todavía desconocemos. Pero les acaba de salir un duro competidor que ha devuelto la esperanza a quienes apoyan la idea: Ray Kurzweil. El director de ingeniería de Google y uno de los futuristas más influyentes del mundo. Alardea de que de 147 predicciones que ha hecho desde la década de los 90, el 86% son ahora una realidad. Un dato más o menos científico que podríamos extrapolar a lo que acaba de decir: la Renta Básica Universal será una realidad “a finales de la década de 2030”, concretamente entre 2029 y 2045.

El amplio margen tiene explicación: a principios de la década de 2030 los países desarrollados ya tendrán implantada una RBU. La segunda fecha se refiere a cuando estará implantada “en todo el mundo”. “Podrás vivir muy bien con eso”, ha sentenciado. “La principal preocupación será el significado y el propósito” de tu vida.

Si lo dice Kurzweil...

Kurweil suele ser polémico en sus postulados, pero acostumbra a justificarlos. En el caso de la Renta Básica Universal involucra a la inteligencia artificial: cree que no desplazará a los humanos, sino que los mejorará. Y fecha en 2029 el momento en que los ordenadores tendrá inteligencia al nivel de los humanos. Un punto de inflexión cercano a la (para algunos) temida Singularidad, ese momento en el que los humanos sí seremos superados por las máquinas, y donde las grandes compañías tecnológicas tienen mucho que decir, principalmente porque todo esto se lo deberemos a ellas.

Ahí está la clave de la separación ideológica respecto a la RBU. Y es que las tecnológicas suelen estar a favor de su implantación precisamente porque sus negocios serán los que provoquen los cambios sociales y económicos que supuestamente la harán necesaria en aras del mantenimiento del orden y la paz social (y la propia viabilidad del sistema). Por eso, muchos analistas han interpretado las palabras de Kurzweil como la posición de Google respecto a este polémico tema, algo que no han esquivado otras compañías, como es el caso de Facebook: su cofundador, Chris Hughes, opinó en su día que gravar al 1% más rico serviría para implantar una RBU solvente que permitiera redistribuir la riqueza. Apenas hay mensajes oficiales, corporativos, de las grandes tecnológicas, solo palabras de sus gurús, como en el caso de Elon Musk, uno de los grandes defensores de la Renta Básica Universal. ¿Es hora de plantearse en serio la RBU? Solo el tiempo, y el avance de la tecnología, lo dirán.

>> Lee aquí lo que nos contó sobre Renta Básica Universal Enrique Dans durante la entrevista que le hicimos en media-tics el año pasado.

La era del test
La Renta Básica Universal seguirá dando que hablar en la calle mientras se define en los despachos y se pone a prueba en la calle. Porque además de Finlandia, otros países y ciudades ya están en ello. En Barcelona, el Ayuntamiento y el programa Urban Innovative Actions (UIA), de la Unión Europea, han seleccionado a 1.000 hogares en riesgo de pobreza para testar sobre ellos dos variables de ayuda: a 550 se les da una prestación a cambio de una serie de acciones que deben realizar sus miembros, mientras que a 450 se les otorga una prestación incondicional. El objetivo es analizar qué funciona mejor a la hora de reducir la pobreza.
En Ontario (Canadá) se acaba de cerrar la inscripción a un proyecto que proporcionará una RBU a 4.000 personas con bajos ingresos. Varias ciudades neerlandesas ya tienen permisos para hacer algo parecido, aunque en al menos siete ciudades lleva implantada algún tiempo. En Escocia hay comprometidas 250.000 libras para que cuatro localidades inicien programas piloto de Renta Básica Universal

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