Nadie puede negar que la ropa, los libros o los juguetes son regalos estrella en cualquier época del año y para cualquier ocasión. Pero tampoco se puede negar el empuje de la tecnología a la hora de regalar y ser regalado, algo que en determinados grupos de edad tiene un peso aún mayor. De hecho, una encuesta reveló hace un par de años que el 75% de los españoles pediría tecnología a los Reyes Magos.
Ahora que se acercan las rebajas, mucha gente aprovecha para hacer acopio de regalos para los próximos meses. A fin de cuentas, todo el mundo tiene ya en mente la fecha del cumpleaños de sus seres queridos, su aniversario o incluso un capricho de esos que no necesitan un día específico. Por no hablar de los cada vez más frecuentes 'autorregalos': ni siquiera es necesario esperar a que alguien quiera regalarte algo.
Lo cierto es que el entorno digital ha cambiado las reglas del juego. El comercio electrónico es cada vez más importante, lo que contribuye a que los consumidores encuentren mejores ofertas y cambien sus hábitos de compra. España es uno de los países en los que más crece el ecommerce, a pesar de la tradición española de salir de tiendas para pasear y tomar algo, aprovechando generalmente el buen tiempo.
El problema es que las tiendas tradicionales no siempre ayudan a encontrar el regalo perfecto (aunque ya vayamos con la idea de comprar tecnología), por lo que están naciendo algunas iniciativas para los despistados que nunca saben qué regalar. La búsqueda suele ser más rápida y cómoda en escaparates virtuales como Regalos.es, donde se pueden encontrar centenares de objetos y experiencias para cada tipo de persona. Estas plataformas son cada vez más utilizadas por la comodidad que ofrecen al comprador y los competitivos precios que ofrecen. En ellas es posible filtrar las búsquedas y obtener inspiración sin moverse de casa, por lo que se ahorra tiempo a pesar de ver muchas más posibilidades.
A pesar de las facilidades, no siempre se acierta. El hecho de que estas plataformas permitan minimizar la probabilidad de fallar no implica que el receptor quede satisfecho. Por eso ha nacido un mercado paralelo de aplicaciones pensadas, precisamente, para intercambiar los regalos que no nos han gustado. Un caso más de cómo la tecnología se ha convertido en el epicentro del mundo del regalo, ya sea como objeto preferido por casi todos, canal de compra... y canal de devolución. Nadie es perfecto.