El sistema de control del tráfico aéreo actual tiene fecha de caducidad. Al menos en su planteamiento actual, centrado en gestionar las aeronaves de carga, pasajeros y militares que surcan los cielos. La llegada de los drones, que estarán en manos de empresas privadas o particulares con relativa facilidad, obliga a replantear un modelo en el que los aviones no están en manos de cualquiera y requieren una infraestructura concreta para utilizarlos: los aviones no tripulados tienen muchas formas y tamaños, muchos posibles usos y un potencial de crecimiento inimaginable. Por eso representan un desafío de cara al control del tráfico aéreo, algo que compañías como Vodafone quieren ayudar a solucionar en los próximos años.
“La tecnología móvil con licencia puede ofrecer una opción segura y práctica para el control del tráfico aéreo de vuelos de aviones no tripulados, especialmente en lugares como aeropuertos y prisiones”, explica Robert MacDougall, director de la unidad de políticas públicas de Vodafone.
En concreto, Vodafone apuesta por utilizar su red de telefonía móvil como torres de control que permitan detectar dónde se encuentran los drones en cada momento, que se conectarían a estas antenas a través de tarjetas SIM o un sistema similar. Se trata de replicar el funcionamiento de la telefonía móvil al sector de la aviación. La Agencia Europea de Seguridad Aérea ya ha mantenido conversaciones con la teleco británica, pero no es la única compañía que busca entrar en el lucrativo negocio de los drones: la finlandesa Nokia ha desarrollado un sistema de control del tráfico aéreo de estas aeronaves que ya está probando en aeropuertos neerlandeses y que se implantará en Dubái tras un acuerdo firmado con el gobierno de Emiratos Árabes Unidos.
Por el momento no son más que proyectos, pero lo cierto es que la Unión Europea está debatiendo cómo gestionar la ingente cantidad de drones que volarán por Europa en las próximas décadas. Según los datos que se barajan, en 2035 habrá más de 400.000 drones comerciales y militares en el espacio aéreo del continente, muchos de ellos volando a baja altura y en zonas pobladas. En 2050 los drones alcanzarán los 250 millones de horas de vuelo. La idea de la UE es tener listo el nuevo sistema de control del tráfico aéreo en 2030, pero la tecnología avanza tan rápido que tal vez sea necesario adelantar el calendario: hace apenas una semana, Amazon anunció su primera entrega satisfactoria con un dron en Reino Unido.
Algunos analistas recelan de los planes de Vodafone, dado que sobrecargar las redes de telefonía y datos con millares de nuevos aparatos que exigen un riguroso control podrían poner en riesgo la estabilidad de las telecomunicaciones, máxime cuando en los próximos años también se vivirá la explosión del Internet de las Cosas, que traerá consigo millones de dispositivos conectados. Las telecos, sin embargo, buscan nuevas formas de financiarse tras la caída del negocio de la telefonía y los SMS. Y puede que la respuesta esté en el cielo.