televisión

Hace tres meses se presentó un medio que tenía como objetivo ofrecer a los jóvenes las últimas noticias del mundo de los negocios. Su particularidad era la retransmisión en directo a diario en su web y Facebook Live, además de la distribución de vídeos en plataformas como YouTube. En poco tiempo, la cadena se ha convertido en todo un referente para millennials con mentalidad empresarial.

Telefónica ha presentado en el Mobile World Congress 2016 una iniciativa pionera y única en el mundo de la televisión para integrar en su propuesta de Vídeo la componente social y la interactividad. TV Social, como se denomina la solución, permite al usuario interactuar con otras personas directamente en la pantalla de su televisor.

Muchas veces se ha anunciado la muerte de la televisión tal y como la conocíamos hasta ahora. Sin embargo, el consumo de contenidos televisivos sigue siendo elevado. La proliferación de nuevos dispositivos ha posibilitado un aumento de espectadores y mantiene alto el tiempo de visionado. El espectador del siglo XXI es seriéfilo, no es pasivo y simultanea plataformas.

La era digital, que ha puesto contra las cuerdas a los grandes medios de prensa de todo el mundo, va a originar una discontinuidad radical en el negocio de la televisión. Los ingresos publicitarios de las cadenas de televisión tradicionales muestran una clara tendencia a un declive prolongado. Mientras tanto, se da la paradoja de que la creatividad en los contenidos, especialmente en las series producidas en EEUU, nunca ha sido tan alta.

La popularización de los dispositivos móviles, la proliferación de contenidos audiovisuales en Internet y el desencanto de los usuarios con la televisión tradicional han propiciado que el tiempo que los usuarios pasan frente a múltiples pantallas viendo contenidos a la carta sea mayor que nunca.

Científicos británicos buscan la forma de crear una televisión multisensorial en la que el espectador pueda disfrutar de una experiencia inmersiva en su propia casa.

El último estudio de Media Scope no sólo ha determinado qué medios son los que mayor inversión publicitaria soportan, ya que, además, ha desvelado cuál es la percepción que tienen sobre los medios de comunicación las agencias de medios y demás anunciantes.

El duopolio televisivo español, Mediaset y Atresmedia, se forra a ganar dinero por decisiones políticas y el pasado viernes el Gobierno los premió con tres canales nuevos de TDT. RTVE está hundida de audiencias y anegada de números rojos. Las televisiones autonómicas son una ruina de escándalo y crecen las opiniones que piden su cierre. Las nuevas TDT han sido fuente de sensibles pérdidas para varios de los actores supuestamente beneficiados con concesiones en anteriores repartos. Y en este panorama altamente convulso, Netflix aterriza en España, Portugal e Italia el martes 20 de octubre con cerca de 70 millones de suscriptores de pago, marcando la pauta de una tv del futuro profundamente disruptiva. Vienen curvas peligrosas.

La compañía estadounidense ha decidido aprovechar todo el potencial de esta tecnología para elaborar piezas informativas. Hace unos días lanzó su primer documental en 360º para conocer la situación de los barrios de Damasco. Todos los reportajes serán colgados en su web y podrán verse en dispositivos móviles con las gafas Cardboard de Google.

Mientras que en las cadenas tradicionales vienen estipulados los momentos en los que el programa debe parar para dar paso a los anuncios publicitarios, la programación en diferido permite que sea el espectador el que elija el momento de descanso, con la diferencia de que no estará expuesto a un bloque de anuncios. Hasta ahora. La compañía belga These Days propone copiar el modelo de la televisión tradicional y aprovechar el momento de descanso para activar la imagen de un anuncio.

Los gigantes televisivos están en una situación crítica. El desplome de la bolsa en China provocó una desvalorización de sus acciones que viene a sumarse a un cambio en los hábitos televisivos de los espectadores. La audiencia de las cadenas tradicionales estadounidenses ha bajado un 9% y, aunque España es de los pocos países en los que el consumo de este tipo de televisión ha crecido, el del vídeo bajo demanda está a punto de igualar al convencional. En general, los consumidores no se muestran satisfechos con los paquetes televisivos contratados y las cadenas no pueden asumir los altos costes de las retransmisiones sin que repercuta en el precio del servicio.