Los periodistas debemos evolucionar hacia un trabajo más responsable sobre el enorme desafío que supone el capitalismo depredador (stakeholder capitalism), como se debate estos días en el Foro de Davos.
El stakeholder capitalism, que ahora rige básicamente el mundo, es responsable mayor del deterioro gravísimo del planeta, la rapiña de los recursos naturales y la creciente, intolerable desigualdad. Empiezan a proliferar los libros y la opinión cualificada denunciando estos hechos y proponiendo reformas de fondo en el sistema económico imperante. Por citar un ejemplo, "Capital e ideología" de Thomas Piketty, es una lectura obligada. El Foro Económico Mundial de Davos ha dedicado su 50 edición a este tema crucial. "Somos muchos los que hemos visto que esta forma de capitalismo ya no es sostenible", ha dicho el fundador de Davos, Klaus Schwab, poco sospechoso de ser un peligroso comunista. Una mayoría de personas en todo el mundo cree que el capitalismo está haciendo más daño que bien, según el prestigioso Barómetro de Confianza Edelman, tal y como resalta la enviada especial de "El País" a Davos Alicia González. La alternativa que está tomando cuerpo es el bautizado como stakeholder capitalism, cuyo fin primordial no es la satisfacción del accionista y su remuneración, sino el conjunto de la población humana y su entorno. El baqueteado y desorientado oficio del periodismo, ¿no debería hacer una reflexión al respecto y ir desarrollando una especia de shareholder journalism, cuyo cometido no esté orientado a lograr "chicks", audiencia, soporte para la publicidad, cada día más detestada, sino excelente periodismo como servicio público, apoyado por mecenas, fundaciones, empresas responsables, dedicadas al progreso común?