Blogs > Prefiero entender un por qué
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Cada vez que nuestra civilización ha avanzado a lo largo de los milenos, se ha debido a dos poderosas razones: la primera, la más obvia, que las sociedades de cada época habían logrado hacer un salto evolutivo gracias a la tecnología, fuera la imprenta de Gutenberg o la posterior Revolución Industrial; la segunda, cuando las personas se empiezan a formular preguntas sobre cómo están viviendo, lo que siempre ha generado movimientos sociales y políticos que terminaron cambiando las cosas.
El mundo está loco, loco, loco, loco (título original: “It's a Mad, Mad, Mad, Mad World” es una película cómica-épica estadounidense de 1963 dirigida por Stanley Kramer, que, con la maestría de los grandes directores, no presenta una pincelada real de cómo es la sociedad moderna en la que vivimos, la de aquella época, por supuesto, pero perfectamente extrapolable a la actual.
| Niña palestina en medio de la destrucción de Gaza |
Cuando Marie Curie (1867-1934) se refería con esta afirmación a que el conocimiento debe eliminar el miedo, quería significar no solo a una persona en concreto, sino a toda la sociedad. Bastante miedo había florecido durante una larga etapa, la llamada “Noche de la Historia” (la Edad Media), un largo período de mil años en el que campaban a sus anchas el oscurantismo, la superstición, la teocracia y el terror que durante tantos siglos fue alimentado por la brutalidad de guerras, invasiones y por epidemias devastadoras.
He creído conveniente que la foto de portada de mi aportación de hoy corresponda a una reunión del Consejo Europeo. Quizás debería ser el paradigma del debate político que necesitamos.
Pero dejemos por un momento las instituciones europeas y respondamos a unas preguntas respecto a cómo se están conduciendo últimamente los políticos. ¿Es que no tienen algo mejor que aportar a la sociedad? ¿Es que vale más descalificar e insultar que esforzarse en aplicar la moderación y el sentido común?
¿Estás teniendo un día de esos que echas chispas? Pues te doy la mano, porque justamente hoy que arranco con mi Blog habitual, podría decir que tengo uno complicado. Pero se supone que este encuentro que tengo con mis lectores es para darles tranquilidad, transmitirles nuevos puntos de vista sobre cómo están interpretando su mundo, pero muy especialmente me interesa su bienestar. De esto se trata.
Estamos viviendo un día a día sometidos a constante presión por el trabajo, las responsabilidades familiares, que, si bien son las que cuidas y respetas, eres un ser humano que al fin de cada semana llegas con menos energía en el cuerpo. Eso que dices “no puedo con mi cuerpo”.
Tengo pocos amigos a los que considero verdaderos, pero entre este grupo tan reducido, sin duda, Miguel Ormaetxea forma parte de esas personas con las que compartimos experiencias, conversaciones, trabajos y muchas más cosas, desde hace nada menos que 33 años.
Era una época en la que no usábamos WhatsApp ni móviles, aunque sí disfrutábamos de comidas con amigos, colegas, clientes, etc.
| El autor y su portda junto a Cristina García Rosales |
De las expresiones más tradicionales y las culturas colectivas que conforman los pueblos, siempre surge una enseñanza clara. Por ello, cuando nos referimos al motivo de mi aportación de hoy, referido a ¿qué significa tener los pies en la tierra?, vamos a darle un poco de vueltas en la cabeza porque la finalidad siempre de mi Blog, es la mejora y bienestar de las personas. No persigue ningún otro fin.
Vaya pregunta que te estoy proponiendo hoy. Si buscas en Internet, te pueden aparecer algunas definiciones referidas a qué se consideran personas interesantes, tales como que tienen, intereses, pasatiempos, causas, lugares y personas que les importan. También que tienen peculiaridades y hábitos extraños. Por ejemplo, que hacen cosas que otras personas probablemente ni siquiera hubieran pensado hacer. Y que tampoco se caracterizan por disculparse por sus amores y sus pasiones.
Las personas somos sociables por naturaleza y también territoriales (tenemos un fuerte sentido de pertenencia). Esto es la atracción que provoca en cualquier persona la tierra en la que nació, a la que se siente invariablemente unido mientras viva.
Algunos opinan que la sociabilidad es lo que le proporciona al ser humano la oportunidad, pero que es la noción de territorialidad la que da el motivo para que sucedan los crímenes.
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