¿Qué es peor para ti…la tristeza o la desesperanza?

Si nos quedamos en el plano estrictamente individual, de cómo te sientes hoy mismo, cuál es tu estado de ánimo y como ves el día de mañana, también cabe la pregunta que os formulo en el título de mi Blog de hoy a mis lectores/as. Porque os aseguro que ambos sentimientos que se diferencian claramente entre sí, pueden concurrir también simultáneamente en el estado anímico.

Veamos qué es sentirse desesperanzado

Lo que debe seguirse de otra pregunta: ¿estás dispuesta/o a encontrar una luz que te guíe? Desde ya que ésta última pregunta es importante, ya que cuando nos aborda este sentimiento tratamos de interpretarlo, con frecuencia sin mucho éxito, porque estamos abrumados, por tanto, no terminamos de encontrar la relación causa-efecto de por qué estamos así y lo más importante, por qué nos sentimos tan mal. O sea, por qué se nos ha provocado esta sensación en nuestro cuerpo (en realidad cuerpo, mente y espíritu) que nos hace flojear, sentirnos mal con nosotros mismos, siendo que a veces transmitimos este malestar a los demás, más próximos o no, lo cual no ayuda en nada a que veamos una luz al final del túnel.

La cuestión es qué es lo que debes hacer

Para saber qué es lo que hay que hacer debemos comprender exactamente qué nos ocurre y por qué. En realidad, si estás teniendo pocas expectativas sobre el futuro ni deseas transitar hacia él (una total apatía en ese momento por arriesgar y dar un paso adelante), estás sin darte cuenta, cerrándote toda posibilidad de encontrar un camino de salida a tu estado de ánimo actual.

Bueno…esto en principio te está dando una explicación. Y al comprender el sentimiento puedes entonces reiniciar el camino, o quizás, emprender uno nuevo, con la finalidad de que la recuperación de la esperanza te sea posible.

En cuanto a la tristeza

Todas las personas tienen días mejores y peores. Por esta sola sensación no podemos categorizar a nadie. La cuestión es que cuando en determinados momentos te sientes cansado, irritable y con una profunda falta de ánimo, algo de tu interior te dice que estás triste.

Es normal sentir tristeza como respuesta a acontecimientos, pérdidas o cambios desafiantes de la vida, pero a veces estos sentimientos pueden persistir por un tiempo si no se abordan y, lo peor de todo, es que te irán poniendo dificultades para no solo los tres o cuatro días que sigan a este momento de desánimo, sino que a lo mejor puede hacerse en parte algo más estructural sobre lo que sí debería preocuparte.

Pero una cuestión para diferenciar claramente ambos conceptos es entonces la temporalidad. En principio tú puedes estar triste en el día de hoy, por ejemplo, por una discusión que has tenido con tu pareja, pero es un tema puntual. O porque no te ha salido como querías la finalización del proyecto en el cual estabas involucrado con otros miembros de tu equipo. Digamos que el palo lo recibieron todos ellos, no solo tú. Hay una tristeza momentánea, pero no por ello van a convertirla en algo estructural, porque para que esto así fuera, deberían tener todos los miembros del equipo la sensación que la dirección no ha puesto todos los recursos materiales necesarios a disposición para que pudieran hacer bien el trabajo, incluyendo la falta de formación.

Pero de no ser así, si los recursos fueron bien asignados y hubo capacitación y formación, el problema pudo deberse a otros factores, probablemente algo que no había sido previsto, pero que a pesar de la tristeza que esto ha provocado al grupo, tienen la seguridad de haber actuado bien, por tanto, tendrán que hacer de tripas corazón y volver a poner en marcha el proyecto haciendo todas las correcciones y/o ajustes que requiera.

Si los recursos y la buena dirección estaban bien planteados para que los miembros del equipo pudieran llevar adelante el proyecto, entonces no podemos hablar de desesperanza. Sí del impacto que nos produce (decepción que se convierte en un bajón del estado de ánimo…cierta tristeza, pero para nada desesperanza).

Dijimos más arriba que pueden ambas coincidir simultáneamente, veamos cómo puede darse este tipo de situaciones:

- Si a una persona no le va mal en el trabajo, porque tiene un buen sueldo y le permite tener una vida cómoda, no necesariamente significa que esté satisfecha con lo que hace, porque a lo mejor su sueño…su ilusión es hacer otra muy diferente, sea pasarse a otro sector de actividad, o peor aún, crear su propia empresa.

- Si este pensamiento persiste y lo tiene hace un largo período, pero no lo ha comentado con nadie de su entorno ni familiar ni de su núcleo más próximo de trabajo, es porque no quiere dar señales que le perjudiquen. Pero sabe a ciencia cierta que su trabajo está seguro, pero que siempre pasen meses e incluso años, va a ser el mismo, no va a haber progresos ni podrá hacer un crecimiento tanto personal como carrera en la empresa.

- Su nivel de satisfacción está siendo afectado no puntualmente, sino de manera estructural. Tiene desánimo y no siente ninguna motivación para hacer algo más en el trabajo, comprometerse más por algo que sabe que finalmente no le van a reconocer, más que hacer lo que viene haciendo ya hace años.

- Esta situación de falta de expectativas, alimenta la absoluta pérdida de esperanza de cualquier persona, generándole además también, tristeza un día sí y otro también, porque además de todo está dejando de ser una persona auténtica, ya que tiene que fingir que todo está bien cuando él en realidad no lo está.

¿Estás seguro/a de comprender bien qué es para ti la tristeza?

Es una emoción importantísima en la psicología de las personas ante una determinada pérdida, por ejemplo, de un familiar, o también la pérdida de algo o un hecho que ha acontecido que, si bien no impactará hoy en nuestra vida, sí sabemos que traerá consecuencias en unos meses.

Pero la manera en cómo la sentimos y qué es lo que nos causa tristeza varía mucho según las nociones personales y culturales de que significa pérdida. Y si bien se considera en términos generales a la tristeza como una emoción negativa, en realidad es una señal que nos advierte de la necesidad de que tengamos que empeñarnos en sortear determinada dificultad, o buscar una solución para eliminar dicho sentimiento, por ejemplo, un crédito personal que no está saliendo y lo necesitamos, o llegar incluso a niveles en los que creamos que necesitemos ayuda profesional para salir del bache.

También ten en cuenta que cuando tienes la sensación de que estás en ese pozo profundo del cual no tienes seguridad de poder salir, puede entonces llevarte a experimentar en vez de una leve decepción hasta una desesperación y angustia extremas.

La medida depende tanto de tu carácter como de la forma en que reaccionas a las cosas, especialmente aquellas que sientes que no controlas.

Ante la pregunta que te formulaba al inicio, en realidad no hay una respuesta única en cuanto a si te afecta más la tristeza o la desesperanza, sino totalmente adaptable a cada persona y cada circunstancia. Lo que sí puedo aconsejarte es que lo mejor que puedes hacer para neutralizar los efectos negativos es contraponer pensamientos positivos. Con esto no digo que vayas a fantasear con algo que en realidad no puedes resolver en este momento, por ejemplo, un problema familiar o laboral, que ya ha dejado de ser algo puntual para convertirse en ese camino que estás transitando en tu vida. Lo que te digo es que te des un respiro para no cargar más tu estado anímico con sentimientos negativos. Que pienses que sí es posible que se pueda resolver más adelante, lo que tendrás que meter mucho ánimo a tu cuerpo para ir viendo qué cambios tendrás que hacer para que veas posibilidades reales de mejora. Y ten en cuenta que excepto la muerte…todo tiene siempre algún tipo de solución. Convierte la tristeza en pasajera y la desesperanza en una fuerza motivadora para hacer un cambio en tu vida.