El buscador que aún tiene una clara hegemonía en las búsquedas por Internet, nació hace unos 25 años en un garaje, de la mano de dos chicos listos y ha llegado a valer más de 800.000 millones de dólares. Tiene sin duda un espléndido pasado, pero en su futuro hay crecientes nubarrones. El fulgurante avance de la Inteligencia Artificial es su oportunidad y también su pesadilla.
La invención de la imprenta por Gutemberg en 1450, tras años de investigaciones y ensayos, desarrolló un sistema que transformaría la difusión del saber en Europa, pasando de la copia manuscrita a una difusión de la cultura y de las noticias a través de la prensa, creando un novedoso modelo. OpenAI desarrollará una manera -comparativamente distinta por su crecimiento exponencial aunque igualmente ambiciosa- de buscar y distribuir información veraz en nuestro planeta.
La plataforma OpenAI y su poderosa Inteligencia Artificial basada en el modelo ChatGPT-4, que permite generar respuestas del lenguaje natural a partir de preguntas, es uno de los modelos más avanzados en el campo de la inteligencia artificial. Pero en pocos días, seguramente dentro del actual mes de mayo, tendremos importantes novedades. Según publica “The Information”, OpenAI aprovechará su alianza con Microsoft para el lanzamiento de su propio buscador, que utilizaría el motor de búsqueda de Bing. El 14 de mayo tendrá lugar la importante Conferencia de Desarrolladores de Google, en la que tendremos probablemente novedades destacables.
Pero el dato significativo es que, según datos de Statcounter, en EEUU, el tráfico de Google se ha desplomado un 9,48%, mientras que Bing sube el 5,3%. Tras muchos años de dominio absoluto, es la primera vez que se detecta un cambio tan notable. ¿Es el primer anuncio de algo altamente significativo? El lanzamiento del buscador de OpenAI es posible que nos facilite la respuesta.
Hay otras cuestiones de fondo que debemos señalar: Google ha marcado su impronta en el crucial campo de la información y su dinámica. Lo que nos encontramos ahora no es muy halagüeño. No es de extrañar, si tenemos en cuenta que prácticamente la mitad del tráfico de Internet procede de fuentes no humanas, es decir, está originado por actividad de “bots” de diversos tipos, según la compañía de ciberseguridad Imperva. Los robots crean contenido de toda índole y también lo consumen, especialmente en redes sociales y en noticias de medios de comunicación. Todo está creando un ecosistema ponzoñoso, donde importantes flujos de dinero se mueven por métricas absurdas. ¿No debería Google, principal actor de Internet, ocuparse de manera decidida de esta peligrosísima deriva?
Google tiene actualmente una herramienta destacada, Google News, que se edita diariamente en muchos idiomas. En España, Google Noticias se edita desde hace años, pero tuvo un largo parón, originado por el absurdo deseo de que sus enlaces fueran de pago. Una vez desechada esta pretensión, Google News sigue saliendo en español con una importante carga de información. Pues bien, si analizamos estas informaciones, una buena parte de ellas está contaminada de noticias tendenciosas, partidistas, sesgadas o directamente falaces. El buscador tiene tecnología adecuada y medios para sanear, al menos en buena parte esta nebulosa. ¿Por qué no lo hace?
Google y su publicidad programática logra pingües beneficios gracias a las publicaciones, que muy escasamente repercuten en la delicada situación financiera de los medios de comunicación.
Todas estas circunstancias configuran la vecindad de un momento que puede ser de enorme transcendencia para tener una sociedad que disponga de herramientas y medios adecuados para que las sociedades tomen decisiones fundamentadas.
Google tiene actualmente 250 empresas filiales, muchas de ellas tienen un interesante potencial de servicios para los medios de comunicación. Estamos en un buen momento para reflexionar al respecto.
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