Los periódicos se enfrentan a un nuevo modelo de consumo de información. La lectura de medios impresos se resiente por la competencia que ellos mismos se hacen desde Internet. Una reciente encuestra realizada en Inglaterra revelaba que el 41% de los hombres entre 18 y 34 años ha disminuido el consumo de periódicos, lo que se suma al 28% que nunca lee en papel. Frente al declive del formato tradicional, los jóvenes se han aficionado a las tecnologías (el 71% cree que el ordenador es el dispositivo más importante de su vida, aunque los smartphones van haciéndose su hueco con un 21% de las respuestas).
En esta situación, los editores de periódicos están replanteando sus modelos a marchas forzadas. En junio, The Guardian anunciaba a bombo y platillo su plan “Digital First”, que pretende potenciar la distribucion de contenidos via online. Los esfuerzos de las diferentes cabeceras están justificados, ya que en la actualidad sólo un 20% de los ingresos de los medios de comunicación vienen a través de su actividad en Internet.
La posibilidad de quedarse atrás es angustiosa, ya que los hábitos de los consumidores están cambiando rápidamente. El editor de The Guardian, Alan Rusbridger reconocía que la forma de leer el diario ya no era igual: cerca de la mitad de los lectores esperan a la tarde, de vuelta a casa o ya en el hogar, para leer tranquilamente el periódico, mientras que por las mañanas accedían a las informaciones de última hora a través de dispositivos móviles o en el ordenador del trabajo.
También la televisión está en crisis, ya que cada vez son más los que prefieren entrar en Internet a través del ordenador (o del móvil). Incluso los que permanecen fieles a la pequeña pantalla reconocen que ya no consumen contenidos de la misma manera: una quinta parte de ellos ya no conciben el rol pasivo de espectador, sino que buscan los contenidos que quieren en la Red, para visionarlos cómodamente desde el sillón, según la encuesta realizada a los jóvenes ingleses.
Aunque ya nadie duda de la necesidad de afrontar un cambio de modelo, subsiste la pregunta de cómo realizarlo sin dejarse la piel en el camino. Los análisis muestra que la rentabilidad del lector digital es menor que el lector de papel. Y aunque es cierto que los costes del formato digital son menores, estos no bajarán tanto como la rentabilidad de los medios de comunicación tradicionales. David Elms, de la consultora KPMG, afirma que el auge de las tabletas e Internet móvil puede ser una tabla de salvación, dado que se espera que la facturación de publicidad en estos soportes sea superior a lo que ahora se ingresa por los anuncios en las versiones digitales.