Los datos se acumulan de manera bastante abrumadora, pero los principales medios de comunicación de masas de todo el mundo apenas lo reflejan o los hacen muy fragmentariamente. Temen ser alarmistas en un tema que es, sin duda, el primer desafío existencial de la humanidad. Debería ser una sección diaria destacada en todo medio de calidad. Pero dista mucho de serlo, en una reacción irresponsable. Y se da incluso espacio a los negacionistas recalcitrantes. Mal vamos.
Veamos algunas evidencias:
-Los océanos de la Tierra se están calentando de manera rápida y sorprendente. La temperatura media del agua superficial ha superado los 21 grados C.
-El hielo marino de Ártico desaparecerá en los meses de verano en las próximas décadas, algo similar a lo que ocurrió hace unos 10.000 años. El último estudio, trabajado por universidades de Dinamarca, Suecia y EEUU, ha sido publicado en la revista “Communications Earth &Environenment”.
-Hace más de 10.000 años, los humanos eran cazadores-recolectores. Entonces las temperaturas variaban enormemente, de un milenio al siguiente. Entonces sucedió algo sorprendente: el clima de la Tierra se volvió increíblemente estable, dentro de un rango de 1 grado Celsius. Esa era se la conoce como Holoceno. Esto nos lleva a pensar que en el actual calentamiento pueden intervenir factores que el hombre no controla. Evidentemente, hay una parte de responsabilidad humana en el cambio climático, con emisiones de CO2 de origen industrial y por el uso de energías de combustibles fósiles, que es imprescindible convertir a energías renovables. Pero podemos encontrarnos con que, tras esa transición, el calentamiento no se detiene básicamente. La evidencia científica hasta el momento tiene un pie de barro, porque no sabe a ciencia cierta las verdaderas causas profundas del cambio climático. Somos como varios ciegos tratando de describir a un elefante. Caminamos sonámbulos. Ese es el dilema.
-El agua urbana va a ser un bien precioso y vital. Se espera que su demanda aumente un 80% para el 2050, mientras los ríos y los acuíferos de todo el mundo se están secando. El suministro de agua limpia podrá costar un billón de dólares hacia el 2030 en Estados Unidos. El capitalismo financiero está comprendo tierras en EEUU solo por los derechos del agua, para venderla luego al mejor postor.
-El permafrost contiene alrededor de 30.000 millones de toneladas de carbono y, a medida que se derrite, agregará más dióxido de carbono a la atmósfera, atrapando aún más calor. Además, el mercurio atrapado en el permafrost se libera en el suelo y las vías fluviales. Con el tiempo, subirá por la cadena alimenticia hasta convertirse en alimento que la gente come.
-La población mundial ha aumentado explosivamente en los últimos cien años, pero hay signos crecientes que se aproxima a su pico y luego puede descender de manera dramática. Según el Club de Roma y el modelo Earth4All, la población global alcanzará un máximo de 8.600 millones de personas en 2050 y luego descenderá a 7.000 millones antes del 2100. Otras proyecciones afirman que disminuirá a 6.000 millones para finales de siglo, lo que aliviará los problemas medioambientales, pero por sí sola no evitará que superemos los límites planetarios, dice David Collste, de la Universidad de Estocolmo. El libro de referencia sigue siendo “The Population Bomb”, de los biólogos Paul Ehrlich y su esposa Ana Ehrlich.
Toda la economía mundial está basada sobre el peligroso y enloquecido supuesto del crecimiento sin fin. No está preparada para el decrecimiento sistemático, no coyuntural. Por poner un ejemplo, es bastante plausible que en un futuro no muy lejano sobren viviendas. El precio de las casas se derrumbará: a medio y largo plazo, puede ser una inversión ruinosa.
El Homo Sapiens haría bien en saltar del agua que se calienta, antes de que se abrase. Hay que moverse ahora.