Se ve ya muy lejano el día en que Juan Luis Cebrián proclamaba que “El País” había distribuido el domingo un millón de ejemplares, con su suplemento dominical abarrotado de publicidad. Había batido todos los récords, no solo en España sino también en toda el área del español. El último control de El País Semanal le da 79.000 ejemplares, incluso un 80% menos que hace diez años, con unos lectores estimados en 599.000, muy sobrepasado por otro de los sobrevivientes, XL Semanal, que anota más de un millón. Los tres que quedan, con “Mujer Hoy”, han perdido de media el 70% de sus ingresos publicitarios. Pero lo peor es que han perdido el norte, son un batiburrillo de reportajes y columnas de firma. Es una penosa agonía, en la era digital y ahora también con la revolución de la Inteligencia Artificial.
El suplemento de “El País” del domingo 29 de enero llevaba como única portada el titular “Todo está en TikTok” con la foto de una jovencita. En el interior, diez páginas en tono entre admirado y laudatorio, con un recordatorio final advirtiendo de las adicciones. ¿TikTok? La red social china está a punto de ser totalmente prohibida en Estados Unidos, incluyendo su retirada de las tiendas de aplicaciones de Apple y Android. La app ya ha sido prohibida hace dos años y medio en India. Recientemente, ha sido prohibida en muchos campus y universidades norteamericanas y hay una creciente presión para seguir estos pasos en la Unión Europea. No es solo que esta app ponga los datos de sus usuarios directamente en manos del gobierno chino, que se utiliza para espiar a periodistas occidentales, sino, especialmente, que muchos de sus contenidos son basura, “que idiotiza sistemáticamente a toda una generación, que se dedica a la promoción de contenidos perjudiciales con una frecuencia asombrosamente elevada y con un control total por parte de sus gestores”, según la opinión recientemente escrita por el prestigioso profesor Enrique Dans.
Es solo un ejemplo de la pérdida de criterio editorial por parte del primer diario de calidad de España, junto con “La Vanguardia”. “El País” adolece, junto con otros muchos medios de comunicación incapaces de encontrar su sitio en la revolución digital, del llamado isomorfismo, un inmovilismo paralizante. Apenas ha variado un ápice su estructura informativa, sus secciones, sus adocenados contenidos. Tiene como directora a una periodista de prestigio, Pepa Bueno, con lo que debemos suponer que las causas de este estado de cosas son bastante estructurales. Una pena.