Los últimos datos de la Encuesta General de Medios (EGM) en España son apabullantes: en diez años, la prensa ha perdido nada menos que el 61% de sus lectores. A mediados de 2022, solo le quedan 5,6 millones de lectores, para un país de 47 millones de habitantes. Su influencia está en rigor mortis, pero aún se beneficia de la inercia de décadas.
Todavía hace diez años, casi el 36% de la población accedía a un periódico impreso, hoy apenas supera el 13%. La prensa económica, iniciada por la heroica cabecera "5 Días", solo le quedan 158.000 lectores, con tres cabeceras. Habría que recordar que han desfilado en los últimos años nada menos de nueve cabeceras diarias, casi todas en números rojos. Un espanto. Más si tenemos en cuenta que no ha sabido rentabilizar la enorme ventaja de tener 580 millones de hablantes de español en el mundo.
Si a esto le añadimos el panorama general que traza el último y solvente estudio de Reuters, que pone un grito de alarma sobre la pérdida de credibilidad del periodismo y la calidad de la información en el mundo, debemos hacer algo más que alarmarnos, los que amamos esta sufrida profesión. Vamos a mencionar algunas cosas que ya están más o menos claras:
- La información de calidad es más importante que nunca, pero es cara y requiere que los directivos de las empresas arriesguen el dinero y sus poltronas.
- Un diario en papel ya no es más un diario. Debe ser un multimedia con mucho video, podcast, innovación sin tregua, periodistas buenos bien pagados, que se peleen por sus audiencias, que las escuchen y no pontifiquen desde sus columnas y sus púlpitos.
- Que piensen en términos globales, aún con informaciones locales. Que se abran a la humildad de los que no se saben en posesión de la verdad.
- Que aborrezcan el periodismo de trinchera, que es una maldición bíblica de la imprescindible ecuanimidad.
- Que amen la tecnología, pues es el imprescindible camino del cambio. Que aprendan sin cesar, sin jubilación ni desmayo.
- El periodismo de papel es muy probable que quede para imprimir no las noticias del día, sino excelentes análisis e investigaciones, vendidas a un precio necesariamente elevado.
Amén y así sea.