La llamada supremacía cuántica es la capacidad potencial de los dispositivos de computación cuántica para resolver problemas que los ordenadores clásicos prácticamente no pueden resolver. El 20 de septiembre de 2019 el prestigioso “Financial Times” publicó por primera vez “Google afirma haber alcanzado la supremacía cuántica”. El 23 de octubre, la revista “Nature” ratificó oficialmente esta importante noticia.
El mencionado procesador podía, según Google, realizar un cálculo en tres minutos y 20 segundos, lo que a la computadora más avanzada necesitaba aproximadamente 10.000 años. Microsoft, IBM y otras más pequeñas y especializadas como Rigetti Computing preparan grandes avances en computación cuántica. Eso sin contar con China, que ha dado preferencia a su programa de computación cuántica en relativo secreto.
La potencia de estas máquinas se expandiría a una “tasa exponencial doble” en comparación con la famosa tasa exponencial de la Ley de Moore. Esta nueva tecnología tendrá un gran impacto en numerosos sectores como ciencias de los materiales, agricultura, productos farmacéuticos, Inteligencia Artificial, aprendizaje automático, logística, finanzas y energía.
En el CES de 2019, IBM presentó el IBM Q System One, el primer ordenador cuántico para uso comercial y poco después anunció que lanzará pronto su decimocuarto ordenador cuántico de 53 qubits, el más grande y potente de forma comercial hasta la fecha.
Todo esto sucede cuando no solo nos enfrentamos a una pandemia sanitaria, también hacemos frente a una pandemia informativa, como viene denunciando Yuval Noha Harari. La abrumadora información sobre la Covid encubre una enorme desinformación. Acabamos de ver como la revuelta del Capitolio de EEUU demuestra que la desinformación constituye una amenaza muy real para la democracia. La información de calidad es crítica y los Gobiernos deben de garantizar el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz. Cuando medios de enorme importancia informativa están pasando por circunstancias económicas críticas, ¿no deberían los Gobiernos de todo el mundo tomarse en serio un programa de ayudas para sostener el periodismo independiente y de calidad?
Y todo esto sucede cuando nos encontramos en un momento clave para un salto de podemos calificar de cuántico en la convergencia de varias tecnologías disruptivas, desde el 5G, un ecosistema de conectividad que ya está disponible comercialmente tanto a nivel de servicio por parte de los operadores como a nivel de terminales de usuarios. Y tenemos los saltos en ciernes Nano-Info-Bio, etc.
Es urgente un cambio de mentalidad también en las redacciones, para centrarse en lo que va a cambiar el mundo en un futuro que es rabioso presente. Necesitamos periodistas con mentalidad cuántica. Volveremos sobre este tema.