No se trata tan solo de pódcast y de ingresos publicitarios, hay toda una serie de síntomas convergentes que señalan hacia la voz como el elemento natural de interacción entre humanos y máquinas. Está llamada a ocupar un trono principal en el mundo posdigital, para una serie de tareas básicas, abrazándose con otras tecnologías insurgentes, como la Inteligencia Artificial, el mundo hiperizado de las nuevas fronteras del periodismo, los medios de comunicación y toda una galaxia de información y entretenimiento. Los audiolibros son otro ejemplo, como los altavoces inteligentes, que cada vez lo son más y se expanden con enorme vigor en los hogares y pronto en los coches conectados, máxime con la llegada del 5G. Toda la industria de los contenidos, las nuevas formas de TV, incluso la Realidad Virtual y Ampliada, los editores, papel o digitales, revistas, nuevos formatos emergentes, tienen que reinventarse de arriba a abajo, dando su voz a la voz.
Un estudio de Nilsen destaca que la publicidad en los pódcast multiplica por cuatro la eficacia de la publicidad display habitual. Además, su audiencia se sitúa en las categorías socioprofesionales superiores y hay un tendencia creciente a que esta publicidad incluya la posibilidad de pedir por comercio electrónico de manera automática los productos o servicios anunciados.
El informe PwC-IAB especifica que los pódcast ligados a la actualidad y la política son los más demandados, captando el 18,4% de la publicidad del sector. Le siguen los de tema comedia, la economía, educación, arte y diversión. Los anuncios en los que el narrador actúa como anunciador tienen más tirón y eficacia. También se contempla la posibilidad de lanzar formatos de "branded content" que tomarán la forma de programas "ad hoc".
Un ramillete de inversores y startups se está conformado a toda velocidad. Destaca un gigante como Spotify, que solo en el último años ha invertido nada menos que 500 millones de dólares en adquisiciones en torno a este negocio, comprando estudios de contenidos y apps de creación. Luminary e Himalaya han capturado cada una de ellas 100 millones de dólares en capital riesgo. Otras empresas de tecnología para pódcast como Chartable y PodFund estaá logrando financiaciones destacables.
En un momento en que el público está saturado de ofertas e hiperconectado, hay menos tiempo para la lectura de libros, que requieren mayor esfuerzo y concentración. El audiolibro sube con fuerza y los libros electrónicos bajan en muchos mercados. Podemos escuchar libros cuando hacemos otras cosas, ir en coche, en bici, hacemos deporte, la cena o nos duchamos, incluso. Muy adecuados para personas que viajan mucho, o con dificultades de visión, o estudiantes que quieren mejorar un idioma. Además, hay una creciente oferta de audiolibros gratuitos, otros de pago con alta calidad de ejecución. Se pueden escuchar en ordenadores, iPods, el móvil, incluso se pueden grabar en CDs. En las plataformas se puede crear listas, compartir en grupos.
Más allá incluso, tenemos dramatizaciones de alta calidad, con actores de doblaje, efectos de sonido y musica, etc. (Sonolibro.com). Mención específica merece la Biblioteca Electrónica de Instituto Cervantes, que hace una gran labor. Y la plataforma de Amazon Audible.
El móvil inteligente es, claro está, el rey. El adulto promedio de EEUU pasará este año 3 horas y 43 minutos en su móvil, sobrepasando a la TV, que se llevará 3, 35, según eMarketer. Y la mayor parte de ese tiempo están escuchando audio digital. Tomen nota los editores.