La visita del periodista

No conocía la Urbanización Del Golf, desviándose por el kilómetro 24 de la carretera de La Coruña, muy cercana a Madrid y con la ventaja del Carril Bus-Vao. Nada más entrar, se te ensancha el horizonte, grandes espacios, suaves colinas, árboles de gran porte y algún jabalí suelto. En una verde vaguada, arranca el campo de golf y su club social, alargándose hacia colinas cercanas. Debe de ser muy fácil perder pelotas aquí. Y perderse, incluso. Estamos en el término municipal de Las Rozas, pero ya en las primeras estribaciones de la Sierra norte. Madrid no tiene playa pero tiene sierra, muy cercana, y es uno de los principales lujos de la ajetreada y contaminada capital.

No he visto chalets pareados en hileras por aquí, que es la seña de identidad de Pozuelo, que la estadística señala como el municipio más rico de España, afortunadamente con cierta mezcla, pues Pozuelo pueblo y su estación poco tienen que ver con los Porsche Panamera que ves por la rotondas. En la Urbanización Del Golf, con barreras muy vigiladas, no se ven muchos coches, la calma y la privacidad prevalecen sobre la ostentación. No te extraña que aquí viva discretamente algún escritor de renombre, hacedor de best-sellers en cadena. Y otros nombres conocidos. Los grandes chalets apenas se ven desde las calles, es lo que César González Ruano llamaba “una urbanización sin urbe”. Con 27 kilómetros de largo, creada en 1978, la naturaleza de Guadarrama y sus inmensos cielos son su principal seña de identidad.

Cuando llegamos a la casa que vamos a visitar, no parece que hayamos llegado, la casa no se ve desde la calle desierta. Cuando nos abren el gran portón, aparece una fachada en suaves colores teja y albero. Tiene un cierto aire ibicenco. Luego me entero que su diseñador básico, su constructor y propietario, ha desarrollado una destacada labor promotora en Ibiza. Es él en persona quien nos muestra la casa, dándonos todo lujo de detalles y precisiones. Como este periodista es un apasionado de la tecnología, disfruto y aprecio la domótica, la seguridad y las vanguardistas instalaciones aquí presentes, que no tienen nada que envidiar a las más lujosas de La Finca. Algunos detalles que llaman mi atención: barrera perimetral de rayos láser, 187 sensores en el interior, cinco cámaras en el exterior, cristales antibalas y antivandálicos, puertas blindadas en habitaciones principales que se bloquean si salta la alarma, etc. La eficiencia energética es de consumo “casi nulo”, calor y frío por suelo radiante, con bomba de aerotermia…

Y fuera unos 6.000 metros cuadrados propios de naturaleza, con olivos tricentenarios, en esta esplendida primavera, casi verano, del Guadarrama.

Para los privilegiados que pueden optar, el precio puede ser una tercera parte de una vivienda semejante ubicada en La Finca (2,4 millones).