La advertencia más grave la acaba de enunciar el informe de la ONU sobre biodiversidad, 1.800 páginas de 400 científicos que nos advierten que más de un millón de las especies del planeta se enfrentan a la extinción. Esta noticia coincide con notables signos de que el cambio climático está calando en la opinión pública, tras 30 años perdidos por declaraciones huecas e inactividad de los políticos. Ha llegado el momento de que los periodistas se planteen informar de esta emergencia climática con carácter destacado y preferente, sin dejarse contaminar por los poderosos intereses de las más diversas industrias.
1 de cada 8 especies animales y vegetales se extinguirán por culpa del impacto del ser humano en la naturaleza. Nuestras necesidades de alimentos y energía son las principales impulsoras del deterioro del planeta, que se está agravando a una velocidad sin precedentes. Lo que se ha hecho hasta ahora está muy lejos de lo que realmente se necesita y concienciar a la opinión pública es una tarea preferente. Evitar que el calentamiento global supere 1,5 grados C, implica lograr emisiones cero en el año 2050. Esto significa, en términos de políticas, una movilización a escala de la Segunda Guerra Mundial para desplegar energías renovables y un compromiso para detener el desarrollo de los combustibles fósiles. La transición a una energía limpia es el principal reto que tiene ahora la humanidad.
Recientemente, la Cámara de los Comunes británica votó a favor de declarar que el planeta estaba en una "emergencia climática". Enrique Dans destaca la propuesta de ley del laborista Jeremy Corbyn en tal sentido y señala que este hecho coincide con el análisis "de una serie de documentos confidenciales que revelan que el Gobierno británico únicamente ha invertido una pequeña parte del fondo creado en 2015 para promover iniciativas relacionadas con proyectos de reducción o eliminación de las emisiones y la contaminación". Dans destaca que la alerta por la emergencia climática "está más que justificada, como lo está la indignación con unos gobiernos que de manera completamente irresponsable han contribuido a ocultar el problema durante años".
Empieza a haber iniciativas coherentes con esta situación de emergencia. Por ejemplo, Ámsterdam anuncia que prohibirá la circulación de todo tipo de vehículos de gasolina o gasoil en su territorio a partir de 2030.
Las encuestas empiezan a mostrar un apoyo público contra el cambio climático sorprendentemente generalizado. Una encuesta de la CNN descubrió que, en los Estados Unidos, los votantes demócratas se preocupan más por el cambio climático que sobre cualquier otro tema en las próximas elecciones presidenciales. Estamos en un momento extraordinario en el que, después de muchos años de ocultamiento e ineficacia, la preocupación por el clima se eleva repentina y explosivamente a la agenda política. Ahora sabemos que las empresas de combustibles fósiles conocían perfectamente lo que estaba pasando con el cambio climático, pero no compartieron sus conocimientos, sino que fomentaron un debate sobre si el calentamiento global era real, cuando sabían perfectamente que era una realidad incuestionable. Hemos perdido 30 años vitales y ahora es urgente pasar a la acción. Hay que apoyar un impuesto sobre el carbono. Hay que apoyar a la energía solar, que está reduciendo el coste de los paneles solares entre un 1 y un 2 % ¡al mes! El límite para actuar es ahora muy corto. Tenemos por delante la ingente tarea de producción y consumo de energía y alimentos. Los que se benefician de la situación actual no van a cambiar voluntariamente. Los medios de comunicación tenemos una enorme responsabilidad para que estos temas, todos los movimientos sociales -especialmente en Europa y entre los jóvenes-, tengan la máxima repercusión.
Recientemente se han celebrado en Menorca unas jornadas en torno al periodista y escritor
Albert Camus, que concebía el periodismo como la herramienta a través de la cual mejorar el mundo. La periodista Olga Rodríguez dijo allí que
"el periodismo no puede estar desvinculado de la defensa de los Derechos Humanos". La defensa de las libertades, la democracia, la lucha contra los discursos de odio y contra un tema tan vital como el futuro de nuestros hijos y nietos, debe ser bandera prioritaria del periodismo. El código deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) afirma que "
el ejercicio profesional del periodismo representa un importante compromiso social, para que se haga realidad para todos los ciudadanos el libre y eficaz desarrollo de los derechos fundamentales". Y el principal derecho fundamental es la
sobrevivencia de la especie humana. Los profesionales de los medios de comunicación debemos movilizarnos mucho más activamente en esta tarea.