Más de 700 millones de cuentas de email han sido comprometidas en un hackeo masivo que ha desplegado por la Red 87 GB de datos personales. Se desconoce cuándo se ha producido la filtración, aunque el gigantesco archivo de información podría ser una recopilación de datos procedentes de distintas filtraciones. Te contamos cómo saber si tus datos han sido pirateados.
Más de 2.600 millones de entradas con información personal de usuarios. 12.000 archivos de texto. 773 millones de cuentas de correo electrónico. 21 millones de contraseñas. 87 GB de datos. Estas son algunas cifras de una de las mayores filtraciones de la historia, revelada por el experto en ciberseguridad Troy Hunt en su blog. No se sabe desde cuándo circula esa información por la Red y también se desconoce cuándo se ha producido el ataque que ha permitido robar toda esta información. De hecho, lo más probable es que no sea más que una recopilación de datos obtenidos en distintos ataques acaecidos a lo largo del tiempo.
El propio Hunt cree que la filtración que ha revelado procede de hasta 2.000 bases de datos robados en ciberataques. Principalmente porque muchas de las direcciones de correo electrónico que contiene el gigantesco archivo ya estaban en los listados de cuentas comprometidas. Se estima que solo el 20 % de los datos del archivo son nuevos.
Cómo saber si te han hackeado el correo electrónico
El problema es que el archivo de 87 GB incluye 21 millones de contraseñas, lo que permitiría cruzar datos y obtener 1.160 millones de combinaciones de direcciones de email con sus claves de acceso, según destacan algunos medios.
Tanto Troy Hunt como otros expertos en ciberseguridad recomiendan utilizar la
herramienta 'Have I been pwned' para comprobar si una dirección de email ha sido hackeada. Esta web recopila bases de datos de filtraciones y ofrece información precisa sobre los hackeos en los que se ha visto comprometida una dirección concreta, ofreciendo recomendaciones básicas como
cambiar la contraseña. Algo que, por otra parte, todos deberíamos hacer con relativa frecuencia para evitar, precisamente, que un hackeo aún desconocido haya puesto nuestros datos a disposición de cualquiera en Internet. Y es que nuestros buzones de email contienen
infinidad de datos personales, además de conversaciones e información privada. Algo que no debemos permitir que esté a la vista de hackers, que en muchos casos simplemente quieren esa información para revenderla en las entrañas de Internet a
anunciantes sin escrúpulos que la utilizarán para enviarnos spam.