La comunicación digital germina en las pymes, pero de manera desigual

Digitalizarse o morir. Hace tiempo que esta frase es una tangible realidad, sobre todo cuando vemos que las empresas más valiosas del mundo y las que están revolucionando la sociedad (y la economía) tienen íntima relación con el mundo digital. Un panorama que deja en evidencia y fuera de juego a empresas con décadas de historia: la apisonadora de la digitalización no perdona a nadie y es capaz de aplastar a quien sea en menos de lo que tardamos en encender un ordenador.

Por fortuna (para ellos), cada vez son más los empresarios que asumen la necesidad de emprender un proceso de transformación digital. Según el XVI Informe de Comunica + por - sobre servicios de comunicación digital más demandados, el 90 % de los encuestados asegura trabajar en la digitalización de los servicios que presta su empresa. El 62 % de ellos busca, principalmente, la gestión de perfiles profesionales y personales en la Red, seguido de la gestión de la publicidad en Google y Facebook (31 %) y la creación de páginas web, tiendas virtuales o servicios de analítica web (30 %).

Sin embargo, y a pesar de la buena disposición en general, existen puntos por resolver. El primero es que el 42 % de las grandes empresas no cuentan con trabajadores especializados en digitalización, según el informe 'Entrepreneurship at Glance', elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La cifra es aún más preocupante entre las pymes y autónomos, ya que el 82 % carece de estos perfiles o de conocimientos sobre el tema.

Entre los que están concienciados, un 85 % destaca la falta de conocimiento, recursos o tiempo como frenos a la hora de contratar servicios de comunicación digital. Peligros que se traducen, por ejemplo, en que el 73 % de los encuestados desconocen la existencia o el funcionamiento de los servicios de medición de audiencias, imprescindibles para evaluar la rentabilidad de otras acciones digitales. Otro ejemplo es que solo el 6 % de las pymes españolas diseñó su propia web en 2017, o que solo el 15 % de las pequeñas y medianas empresas dispone de tienda online. Hay otras cifras menos preocupantes a corto plazo, pero que demuestran lo mucho por hacer en conocimiento del mundo digital: el 87 % de los encuestados no contempla apostar por la tecnología 3D o las imágenes en movimiento. La esperada progresiva popularización de estas realidades tecnológicas dejaría fuera de juego a quienes no apuesten por ellas desde el principio, aunque no existan ni previsiones de rentabilidad ni certeza de su efectiva adopción por parte de la industria y del gran público en general.

Tomarse en serio la digitalización traerá beneficios a medio plazo, además de los evidentes a corto plazo de cara a la evidente mejora de los servicios a los clientes que se obtiene con ello. De hecho, se calcula que un aumento del 10 % de la digitalización en España incrementaría un 3,2 % el PIB del país y crearía 250.000 empleos netos en 2020. Cifras demasiado jugosas como para dejarlas escapar. Manos a la obra.