Cientos de jóvenes trabajan día y noche en un anodino edificio de San Petesburgo, supuestamente a las órdenes del Kremlin, con el objetivo de crear el caos en Occidente para que Rusia pueda sacar provecho después. Están animados "por la sensación de servir a su país".
Ni siquiera cuando se habla de noticias falsas sabemos si se trata de noticias falsas. El término ha crecido tanto que la sospecha ya se cierne sobre cualquiera. En cualquier caso, 'Les Echos' asegura haber hablado con Lyudmila Savchuk, una periodista rusa de 36 años que supuestamente estuvo dos meses infiltrada, allá por 2015, en la famosa 'granja de trolls' de San Petesburgo: la 'Internet Research Agency', acusada abiertamente por los Estados Unidos de haber interferido en las elecciones de 2016, en las que Donald Trump salió vencedor.
Savchuk, en una conversación con el diario francés, asegura que en el anodino edificio que ha copado titulares se alberga una organización "bien dirigida" en la que cientos de jóvenes cobran 400 dólares al mes por crear perfiles falsos en redes sociales y difundir con ellos "noticias falsas" que son "producidas por otra 'granja' dedicada a crearlas, ya sea retorciendo hechos reales o inventándolos". El engranaje trabaja las 24 horas del día, al disponer de equipos que trabajan por turnos.
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La periodista asegura que durante el tiempo que 'trabajó' en la 'granja' se distribuía a los empleados una lista de objetivos que se actualizaba periódicamente, pero en la que Estados Unidos y la Unión Europea siempre estaban presentes. Savchuk asegura que en la cúspide del sistema en el que se infiltró está el Kremlin, que buscaría con estas estrategias de infoxicación crear el caos en países occidentales para pescar posteriormente en aguas revueltas. No obstante, también reconoce que "muchos otros [organismos similares] reciben órdenes de actores privados", aunque no aporta más detalles. En media-tics hablamos en su momento de cómo adolescentes macedonios habían amasado pequeñas fortunas publicando en redes sociales mentiras favorables a Donald Trump. Según reconocieron en un reportaje publicado por la revista 'Wired', simplemente lo hicieron porque ganaban dinero con ello.
La periodista advierte a Europa de la necesidad de tomarse en serio esta amenaza. Considera "útil" las políticas de autorregulación de las redes sociales que ha puesto en marcha la UE, pero duda de que sea suficiente y defiende apostar por "medidas legales reales", entre las que
propone "luchar contra las noticias falsas en la raíz, penalizar a los trolls y prohibir los bots". Considera que la Unión Europea y los países que la integran aplican un enfoque "reactivo", por lo que deberían "anticiparse mejor a las próximas herramientas y ataques", principalmente porque
la última moda entre los farsantes digitales es crear "periódicos reales falsos, con sede y equipos, que mezclan historias reales y noticias falsas impulsadas por el gobierno" de turno. Aunque desconozcamos si realmente se infiltró en 'la granja', su diagnóstico de la situación es tan certero como ya conocido. Pero seguimos de brazos cruzados.