El fulgurante y abrumador éxito de Netflix está empezando a sacudir los cimientos no ya de la industria de la TV y el entretenimiento, sino también del atribulado sector de la información y los medios. De repente, los editores, grandes y pequeños, parecen mesmerizados por la sencillez y eficacia de tener toda la oferta por una modesta tarifa mensual. Se están lanzando en tromba a diversas conjugaciones de lo que podríamos llamar 'Newsflix', información agregada de diversas fuentes por un abono mensual, con o sin publicidad.
El frenesí de gigantescas adquisiciones entre megaempresas norteamericanas de contenidos con telecos, que suponen el regreso de las fusiones verticales, tiene mucho que ver con el mencionado éxito de Netflix. Walt Disney está a punto de convertirse en el primer poseedor de propiedad intelectual del mundo, tras ganar la bendición del gobierno de EE.UU. para la adquisición de estudios de cine y canales de cable de 21st Century Fox por nada menos que 71.000 millones de dólares.
Y AT&T, por su parte, está ahora más cerca de cerrar una operación histórica: la compra de Time Warner por 85.000 millones de dólares. Comcast, el gigante americano de las telecos, está hablando con bancos e inversores para encontrar formas de disputar esta batalla multimillonaria.
'The Economist' destaca en su última portada cómo Netflix se ha convertido en muy pocos años en la primera central de televisión global del mundo. Su producción supera con creces la de cualquier red de televisión o cualquier estudio de Hollywood. Gastará este año entre 12.000 y 13.000 millones de dólares en contenidos. Su ascenso supone el declive del negocio tradicional de la televisión, incluida la televisión de pago. Netflix tiene categorizados a sus usuarios en alrededor de 2.000 "clústeres de gustos", lo que permite recomendaciones personalizadas. Aunque Netflix se ha centrado en el entretenimiento, es evidente que su modelo tiene mucho que enseñar a las empresas de medios de comunicación.
Nuevas y viejas empresas, grandes y pequeñas, están lanzándose a la búsqueda de ese modelo para la información. Empresas como 'Inkl' y 'Blendle' siguen este camino, pero incluso gigantes como Spotify, con 157 millones de usuarios activos en 61 países, parecen encaminarse más allá de la música hacia la cobertura de estilo de vida. Ha firmado acuerdos para producir podcasts con socios como 'BuzzFeed', 'Refinery 29' y 'Cheddar'. Pero incluso Netflix acaba de lanzar una nueva serie de vídeos con 'Vox', llamada "Explicada", que ofrece informes de quince minutos sobre una variedad de temas de actualidad, desde la tecnología a la desigualdad racial.
El intento de lograr un "Netflix de los podcasts" parece estar en vías de creación. 'CastBox' está presentando una plataforma de podcast de pago, con y sin anuncios. Hay que señalar que los ingresos publicitarios de los podcasts casi se han duplicado en los últimos dos años y el año pasado recaudaron 314 millones de dólares y se espera que se dupliquen de nuevo en 2020. 73 millones de norteamericanos han escuchado un podcast en el último mes, según un estudio de Edison Research. 'CastBox' lleva recaudados 29 millones de dólares desde su lanzamiento en 2016. Es cada vez más evidente que el negocio de podcast se encuentra en las primeras etapas de su curva de crecimiento.
Pero el que puede apostar más fuerte ya parece que lo está haciendo. Apple puede estar preparando una suscripción que lo incluya absolutamente todo. Apple estaría preparando un servicio al estilo de Amazon Prime, que incluiría música, películas y series, programas de televisión y noticias. Recientemente compró 'Texture', una plataforma que ofrece acceso a 200 revistas por 9,90 dólares mensuales.
Las grandes plataformas tecnológicas están apostando fuerte por la información, en medio de una fortísima crisis de los editores, que en su gran mayoría están desarbolados y atomizados. No es fácil el reto: es evidente que
las noticias son muy perecederas, a diferencia de lo que sucede con la música o las películas. Hay que resolver una propuesta de valor para la distribución de las noticias que tenga en cuenta las preferencias y las razones por las cuales los lectores de noticias apoyan a unos medios y a otros no.