Comcast ofrece 65.000 millones por la FOX

Cuando Disney ofreció 52.400 millones de dólares por los activos de 21st Century Fox, a todos pareció una salvaje operación que demostraba el buen momento que vive el entretenimiento en la era digital. Ahora, Comcast ha decidido entrar de nuevo en la puja que inició (y fue rechazada) y ha puesto 65.000 millones encima de la mesa. Una mejora del 20% que supone pagar hasta 35 dólares por acción. En juego están 'Avatar', 'X-Men', 'Los Simpson' o canales como National Geographic: minas de oro.

La oferta llega apenas un día después de conocerse el veredicto de un Tribunal aprobando la fusión de la telco AT&T con Time Warner, paralizada por el excesivo poder que adquiriría en el mercado. De hecho, se daba por sentado que Comcast movería ficha una vez dado el visto bueno a una operación de tal envergadura, dadas las similitudes de la operación (Comcast también es una telco que opera televisión, entre otros negocios). De hecho, es Disney la diferente en el asunto, dado que ella sí es exclusivamente creadora de contenido y no ofrece servicios de telecomunicaciones como Comcast y AT&T, por lo que su compra es más factible a los ojos de algunos sectores estadounidenses, que en realidad temen a las llamadas integraciones verticales.

Sin embargo, tendrán que acostumbrarse a convivir con esos temores, dado que las telcos hace tiempo que pusieron en el punto de mira a las creadoras de contenido como vía para obtener un valor añadido que se salga de la pura lucha por ofrecer minutos o megas en telefonía móvil. Por no hablar de la necesaria búsqueda de productos alternativos en el mercado al creciente poder de Netflix o Amazon en el mundo del entretenimiento: hay que recordar que la mayoría de las telcos explotan sus propias plataformas de televisión de pago, asediadas por los nuevos actores digitales en un mercado que todavía tiene que incluir a Facebook y Apple.

Hasta saber si Rupert Murdoch se decantará por Comcast o si Disney moverá ficha, lo único cierto es que lejos de estar en decadencia, el sector de la televisión tiene por delante un brillante y caro futuro. Brillante porque nunca ha habido tantas pantallas y oportunidades como ahora. Y caro porque reorganizar un sector anclado en el pasado pero repleto de posibilidades de futuro requerirá una necesaria concentración que permita a los antiguos actores sobrevivir y a los nuevos crecer.