Las malas noticias para Claro se encuentran también en el primer balance trimestral del año presentado recientemente por la compañía. En él, se observa cómo la menor rentabilidad registrada en los primeros tres meses del año lastró el margen de ganancia operacional que cayó hasta el 28,5% en el ejercicio analizado, frente al 33,9% registrado en el mismo periodo de 2010, según publica el periódico económico "Valor".
Para no pocos analistas, incluido el propio periódico, Claro levantó el pie del acelerador a fin de preparar su fusión con su “hermana” Embratel –operadora de larga distancia y telefonía fija de América Móvil–, movimiento muy esperado por el mercado. Al evitar duplicidad en las funciones, los mexicanos, dicho sea de paso, siguen el modelo de Oi y Telefónica. Esta última acaba de unir Vivo con Telesp, concesionaria de telefonía fija del grupo español.
Lo cierto es que Claro perdió competitividad en Brasil. Para comprobarlo alcanza con echar la vista atrás, hasta 2008, año en el que Claro superó en clientes a TIM, hecho que la llevó a ocupar la segunda posición en el mercado móvil brasileño, posición ahora a punto de perder. Según la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), la brecha que separa a mexicanos e italianos es de tan solo 222.000 suscriptores, número irrisorio si se tiene en cuenta que la base de suscriptores de Claro alcanza a los casi 34 millones.
Para los expertos consultados por Claro, a la empresa de Slim le falta innovación y mayor posicionamiento de marca, ya que por los subsidios que facilita para la adquisición de móviles el mercado percibe a Claro como vendedora de aparatos baratos.
En tanto, Claro optó por no dar entrevistas. La teleco, que como el resto de sus competidoras vive de las conversaciones, se llamó a silencio.