Ya hay más líneas móviles que personas en el mundo, pero la velocidad de conexión a Internet marcará la diferencia.
En 2016 llegamos a una 'singular Singularidad': el número de líneas de móvil superó al de habitantes del planeta, alcanzando 103,5 líneas por cada 100 habitantes. Un total de 7.740 millones de suscriptores, según datos de GSMA. Había 7.430 millones de habitantes. Pero aquello ni siquiera fue el límite, ya que en 2025 habrá 9.000 millones de suscriptores, con una población estimada para entonces en 8.100 millones, según calculó la ONU en 2013. Casi 1.000 millones más de líneas que de personas, en parte explicadas por la explosión de dispositivos del Internet de las Cosas (IoT), que generarán más de 3.100 millones de conexiones en 2025, según Ericsson, que hace dos años ya predijo el impasse del IoT al móvil, con 21.000 millones de dispositivos conectados en 2021.
Las cifras marean, pero detrás de algunas de ellas se esconde la misma historia de siempre: la desigualdad. Para el año 2022, el 90% de las suscripciones móviles ya serán de banda ancha, con 2.000 millones de usuarios 4G y 500 millones de 5G: el 15% de la población. Es decir, estamos hablando de más móviles que personas y de algo cercano a que cada persona tiene un móvil en cualquier rincón del mundo. Y esto es positivo. Pero las posibilidades de cada móvil a la hora de conectarse a Internet no serán las mismas: habrá quienes naveguen más rápido, y por tanto tengan mayores posibilidades, y quienes naveguen más despacio, y por tanto vean reducidas sus posibilidades. Porque mientras varios países se afanan en desplegar el 5G e incluso comienzan a soñar con el 6G, gran parte de los usuarios de móvil seguirán un paso por detrás durante muchos años más. Se calcula que en 2019 podría haber unos 3.000 millones de conexiones 4G, algo menos de la mitad de las líneas totales.
Crecimiento emergente
A pesar de eso, la nota positiva es que el móvil seguirá creciendo en países emergentes, sobre todo en India, China, Pakistán, Indonesia y Bangladés, pero también en el África subsahariana y en Latinoamérica. Seguramente muchos usuarios encontrarán la forma de superar la desventaja respecto a sus iguales en otros países (prueba de ello es el enorme potencial del móvil en África, como te contamos en este reportaje), pero determinadas tecnologías requieren conexiones más rápidas y robustas. Es el caso del propio IoT o del vehículo autónomo: prácticamente se da por hecho que necesitan 5G, sobre todo por la sobrecarga que exigirán a las redes. Aquellos países rezagados en su implantación, necesariamente lo estarán en el crecimiento de estas industrias llamadas a ocasionar una nueva y gigantesca revolución.
Las tecnologías móviles seguirán teniendo un importante peso en el PIB. En 2017 ya representaron el
4,5% del PIB mundial, cifra que crecerá un 0,5% más para 2025. Alrededor de
29 millones de personas tienen un empleo directo o indirecto gracias a la
economía móvil, que parece mostrar varias velocidades. Una vez más.