En apenas dos años ha conseguido 36 millones de suscriptores, con un crecimiento del 5% mensual en Estados Unidos, frente al 2% de la plataforma sueca.
Apple acostumbró al mundo a ser la primera en casi todo, ya fuera en ordenadores personales, reproductores de música o teléfonos inteligentes. En otros sectores no ha sido la primera, rompiendo aquella exitosa tradición. Ha sucedido con los altavoces inteligentes para el hogar (cuya merienda se ha comido Amazon ante la frustrada mirada de Google y la impertérrita visión de Apple, la última en reaccionar). Y sucedió antes con las plataformas de música en streaming, si bien en este caso ya tenía un pie dentro con iTunes: dejó que la sueca Spotify cambiase para siempre el mercado discográfico gracias a su plataforma, que desembarcó en Estados Unidos en 2011. Ese mismo año, Google lanzó la suya (Play Music). Todas ellas llegaban cuatro años después del lanzamiento de Amazon Music. Y otros cuatro años pasaron hasta que Apple movió ficha con Apple Music, en 2015. Pero todo lo que tocan se convierte en oro, y prácticamente da igual cuándo lancen su respuesta: va a liderar.
Los últimos datos de Apple Music indican que 2018 podría ser el del sorpasso a Spotify en Estados Unidos. La plataforma de los de Cupertino ya acumula 36 millones de suscriptores en el mundo, con un crecimiento del 5% mensual desde septiembre solo en Estados Unidos, frente al 2% de Spotify, que sigue duplicando en suscriptores a Apple Music: acumula 70 millones de pago y hasta 140 si se incluyen los que utilizan la versión gratuita.
Será complicado que Apple Music, por mucho crecimiento que tenga a corto plazo, supere las cifras globales de Spotify, pero
analistas del sector vaticinan que en apenas medio año, la manzana podría superar a los suecos en usuarios de pago. Aunque ambas plataformas se enfrentan a un complicado punto de inflexión, al haber perdido un juicio contra los compositores de las canciones que difunden, algo que podría obligarles a
subir las cuotas... y que podría ahuyentar a potenciales suscriptores y desincentivar a los que ya pagan cada mes por escuchar música.
La mayor beneficiada podría ser, de nuevo, Amazon, que todavía tiene margen de crecimiento en casi todos los mercados si decide incluir su Music en el paquete Prime, como ya hace en Estados Unidos: la cuota subiría (algo que va a suceder a medio plazo en Europa), pero a cambio se incluyen los envíos gratuitos, Prime Video, almacenamiento para fotografías... Si el sector de la música parecía más o menos consolidado, resulta que el juego empieza ahora.