El equipo de seguridad del Presidente estudia la creación de una red 5G de propiedad pública para defenderse del poderío tecnológico de China.
Pocas cosas pueden sorprender de Donald Trump a estas alturas, pero que un empresario de su talla que como Presidente busca dar mayor poder y libertad a las empresas pueda plantear una nacionalización inédita en un país como Estados Unidos es algo que debería, al menos, inquietar. Sobre todo a las compañías afectadas, las telcos, que podrían quedar fuera de la gigantesca revolución en temas de conectividad que espera a la vuelta de la esquina: el 5G. Su potencial es prácticamente infinito por lo desconocido de los límites de esta tecnología que permitirá la expansión de industrias que van desde el coche autónomo hasta el Internet de las Cosas gracias a la seguridad y alta velocidad que promete. El paso definitivo hacia la llegada de Internet a todos y cada uno de los aspectos de nuestras sociedades, economías y vidas. Pero donde las telcos, que hasta ahora tenían reservado el papel de creadoras y propietarias de esa red, podrían verse relegadas a simples proveedoras de servicios que corran sobre ellas.
Según ha publicado el portal Axios, citando documentos confidenciales filtrados, el equipo de seguridad del Presidente estadounidense estaría valorando tomar el control de las redes 5G para garantizar la seguridad de las comunicaciones y defenderse del potencial tecnológico de China. En concreto, se baraja la posibilidad de que sea el Gobierno federal estadounidense el que construya las redes 5G, permitiendo después que las telcos puedan utilizarlas para prestar sus servicios. El modelo actual permite a estas compañías desplegar sus propias redes previo pago de una serie de licencias por utilizar el espectro radioeléctrico, de titularidad pública. Lo que hagan después con las redes es responsabilidad de cada compañía, a pesar de que estos servicios se consideran un servicio público en muchos países. Cabe recordar que la Administración Trump ha eliminado, a través de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (FCC) las restricciones sobre la Neutralidad de la Red, lo que da mayor libertad a las telcos para gestionar el tráfico que circula por sus redes. Por eso sorprende que mientras por un lado rompe con uno de los principios intocables para los defensores del Internet libre, abierto e igualitario en favor de las corporaciones privadas, por otro lado proponga dejar fuera a estas mismas compañías de un asunto de capital importancia para sus negocios durante los próximos años.
Seguir como hasta ahora
Los documentos filtrados, sin embargo, contienen una segunda opción en la que las telcos conservarían su papel actual y construirían sus propias redes 5G para competir en el mercado. Esta opción, que causaría "menor interrupción comercial" a la industria, tendría la desventaja de requerir más tiempo y dinero. Deloitte ha llegado a cifrar en hasta 150.000 millones de dólares la inversión necesaria en Estados Unidos para desplegar redes 5G. La Comisión Europea estima en más de 56.000 millones de euros la inversión requerida en la UE, cifra que la compañía Orange ha llegado a elevar hasta los 200.000 millones. Gigantescas cantidades que correrían a cargo de las telcos, y cuya rentabilidad llegaría de la mano de los nuevos negocios surgidos al calor de estas redes, que prometen velocidades de hasta 400 mbps. Se estima que en 2020 habrá más de 50.000 millones de dispositivos conectados en el mundo, aunque las cifras son revisadas conforme la industria crea nuevos aparatos que adoptan los usuarios.
Existe incluso un tercer modelo en el que las telcos se unirían para construir las redes 5G por el bien del país. Este "bien" no es otro que crear una infraestructura de telecomunicaciones lo suficientemente sólida como para defenderse de China, que "ha logrado una posición dominante en la fabricación y operación de infraestructuras de red", según reza el documento filtrado, donde el gigante asiático es considerado "el actor malicioso dominante en el dominio de la información".
El plan sugerido, que todavía no ha llegado a manos del Presidente, serviría además para proteger a los aliados de Estados Unidos exportando estos conocimientos a otros países para que también pudieran defenderse de China. "Este esfuerzo podría ayudar a inocular a los países en desarrollo contra el comportamiento neocolonial chino", explicaría el documento citado por Axios.
A pesar de lo llamativo de esta filtración, la implementación de este plan podría no llegar a hacerse realidad. Una de las causas es que
las grandes compañías de telecomunicaciones estadounidenses (AT&T, Verizon y T-Mobile) ya están desplegando sus propias redes 5G por el país, al igual que hacen las compañías europeas y asiáticas más importantes para tener listo un entramado lo suficientemente potente en 2020. ¿Expropiaría el Gobierno estadounidense las redes ya desplegadas? ¿Permitiría que siguieran adelante, descartando su proyecto federal? ¿Crearía su propia red en paralelo a la de las compañías privadas? Todo son incógnitas ante algo tan inusual como sorprendente.