Desde hace unos meses los medios españoles han centrado su interés en los preparativos del referéndum de independencia en Cataluña y sus consecuencias posteriores. Sin embargo, hace tan solo un año el protagonista absoluto de los titulares de prensa era el magnate Donald Trump en su camino hacia la Casa Blanca.
El libro ‘Trump y la caída del imperio Clinton’, escrito por Vicente Vallés, pretende ahondar en las claves de un triunfo que ningún analista político fue capaz de predecir. En su presentación en el Museo Esteban Vicente de Segovia, que marca el inicio del curso periodístico de los medios de Atresmedia en la capital castellana, el periodista aseguró que el libro se planteó desde el punto de vista de un triunfo de Hillary Clinton (el ‘plan A’), aunque sin dejar de lado el ‘plan B’, en el que la llegada al poder de Donald Trump se concebía como “un triple salto mortal”.
Cuando está a punto de cumplirse el primer año de mandato del multimillonario, Vallés señala que por fin nos hemos acostumbrado a llamarle ‘presidente Trump’. “Con la normalización icónica de su figura hemos perdido la capacidad de sorpresa con cada cosa que hacía o decía”, lo que ha provocado que los medios hayan dejado de prestarle tanta atención.
El ‘pack’ Clinton
Sin embargo, las razones que llevaron a Trump al poder siguen siendo objeto de interés. Vallés es uno de los analistas que no supo vaticinar su ascenso, pero sí detectó algunas señales que invitaban a no ser optimistas respecto a Hillary Clinton. La mujer del expresidente Bill Clinton era considerada la ‘candidata inevitable’ por la capacidad de este “pack” de recaudar dinero o la gran preparación con la que ella contaba, pero no fueron motivos suficientes para llegar a la Casa Blanca. Primero Obama con el uso de las redes sociales para solicitar donaciones en la que se considera la primera campaña de crowdfunding político, y después el uso de esas mismas redes que realizó Donald Trump, consiguieron desbancarla de la presidencia.
Vallés siempre consideró a Clinton como “una mala candidata, que no necesariamente hubiera sido mala presidenta”, pero cuyo riesgo “era ella misma”. La figura de Clinton tampoco le ayudaba, convirtiéndose en otro de sus lastres. “Bill Clinton es un animal político difícil de igualar. Su sola presencia es inigualable”, por lo que cualquier comparación le perjudicaba.
Prensa y medios sociales
Donald Trump tiene muchos defectos, pero entre sus virtudes Vallés destaca que “supo ser inteligente en su política de medios”. Aunque no se trata de una inteligencia científica: “Más que ser un experto conocedor de los medios y su influencia social, tiene una gran intuición”, matiza.
Y esa capacidad para hacer lo que le dicta su intuición, sumada a una personalidad “intensa, apabullante”, le sirvieron para revalorizar su marca en el mundo de los negocios, y después para comprender que debía emitir mensajes claros para llegar a la presidencia: el muro de México, ‘American First’, o las mentiras de la prensa. Precisamente con los medios vive una situación muy particular, en la que Vallés aseguró que “se han beneficiado mutuamente”: Trump recogiendo el sentir de una parte de la ciudadanía que piensa que los medios se han olvidado de ellos y que les mienten constantemente, mientras que a raíz de las críticas del actual presidente, otra parte empezó a apoyar el trabajo de la prensa convirtiéndose en suscriptores.
El futuro de Trump
Vicente Vallés recalcó que la mayoría de las propuestas con las que Trump había alarmado al mundo durante la campaña y en sus primeros meses de presidencia, aún no ha conseguido ponerlas en práctica. En parte, porque “la gente que le rodea es muy distinta a él”, pero también porque “los grandes países suelen tener una línea muy definida en materia internacional, gobierne quien gobierne”.
La clave para conocer cuánto tiempo resistirá Donald Trump en el poder serán las elecciones de 2018 en las que se renovará la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Los republicanos son conscientes de que con Trump tienen la solución, un presidente republicano “aunque no sea un pata negra”, y el problema: la dificultad para seguirle el ritmo. En un año se verá cuál de las dos tiene más peso.
Vallés considera que, pase lo que pase, parece difícil que el próximo candidato demócrata vuelva a cometer los mismos errores que Clinton. De hecho, ella ya obtuvo tres millones de votos más que Trump, pero no en los estados clave que dan la victoria debido a las peculiaridades del sistema norteamericano. Tampoco hay que olvidar, señala el periodista, el papel que jugó Rusia en este triunfo, algo que aún se está investigando.
En cuanto a los electores, muchas personas no acudieron a votar en lo que consideraban una victoria segura de Clinton, como indicaban las encuestas, porque no querían “mancharse las manos” votando al matrimonio Clinton. El periodista vaticina que, de cara a 2020, su planteamiento quizá sea diferente: por evitar que vuelva a ganar Trump, acudirán a votar.
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