Hay Festival Segovia volvió a contar con periodistas reconocidos para diseccionar el panorama de los medios de comunicación en España. Javier del Pino, director del programa de radio ‘A vivir que son dos días’ de la Cadena SER, conversó con Jordi Évole en un diálogo que se vio alterado por la actualidad en Cataluña.
El director de ‘Salvados’ no pudo estar presente en Segovia porque se encontraba preparando un programa especial centrado en la entrevista al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. A través de Skype, Évole reconocía que llevaba varios días sin dormir por la que calificó como “una entrevista muy complicada que me tiene loco”.
“Me temo que van a declarar la independencia”, fue la sensación que le quedó tras su encuentro con el president, y la quiso compartir con los asistentes a Hay Festival. Durante toda su intervención, Évole se lamentaba de la “cabezonería” de los dos gobiernos enfrentados, y reconoció que si en Cataluña se hiciera pedagogía dando a conocer una imagen de nuestro país que no se identifique solo con “la España del PP”, los catalanes y el resto de los españoles “veríamos que no estamos tan lejos”.
Gran parte de culpa de que cada bloque tenga una visión distorsionada de la realidad es también de los medios de comunicación. Javier del Pino aseguró que “Puigdemont ha ganado la batalla de la calle y la de los medios” en Cataluña, con una TV3 que podía ponerse como ejemplo de “manipulación informativa”. Los medios del Estado se encuentran en una situación similar, utilizando el término “referéndum ilegal” como lo que a del Pino le suena a una “consigna”. Ambos periodistas coincidieron en este punto poniendo de manifiesto que la misión de las compañías periodísticas es informar, aunque sus directivos están más preocupados por gobernar. Évole incluso fue más allá al afirmar que “el cáncer actual de la profesión es que nuestros jefes compadreen tanto con el poder”.
Sin embargo, Javier del Pino recordó que todos los actores han contribuido al mal ejercicio del periodismo: las audiencias, porque se creen que están informadas simplemente leyendo tuits de 140 caracteres; los periodistas, porque “hemos convertido la información en un partido de fútbol” que se va retransmitiendo, en lugar de dar un contexto que ayude a entender los hechos; y los propietarios de los medios, por su relación con los poderes económicos.
A pesar de que la radio “goza de buena salud”, el declive de los medios tradicionales es un hecho. Del Pino, que presagió la victoria de Trump cuando nadie podía imaginarlo, se atrevió a realizar otro vaticinio: “No creo que en España haya más de dos periódicos nacionales en cuatro años”.
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