"International Herald Tribune" asegura en su portada que hay una lucha de titanes por rediseñar la Web de acuerdo con sus propios intereses. Es obvio –dice el diario americano– que se está colapsando la alianza informal que ha presidido el desarrollo de Internet como un mundo abierto y libre.
Hay una nueva frontera en torno a la propiedad intelectual y la seguridad digital. Los gigantes como Google y Facebook son conscientes de que su crecimiento en los próximos años va a venir fundamentalmente del mercado internacional, con lo que será inevitable que se incremente la regulación de la Red.
Las grandes empresas de Internet están empezando a desplegar acciones diplomáticas para buscar nuevos acuerdos y consensos con la sociedad civil del mundo globalizado, lo que conlleva una aproximación diplomática de las empresas a los gobiernos.
Una Internet abierta y unificada está empezando a chocar con nichos de intereses muy diferentes e incluso contrapuestos. Dos concepciones se están enfrentando: una que intenta lograr la máxima protección de la privacidad y otra que defiende que la privacidad es un concepto obsoleto en el mundo digital.
En este contexto, el Gobierno de Irán está preparando su propia Red, para intentar liberarse de las influencias externas que pongan en peligro la revolución islámica, según informa "The Wall Street Journal". Irán fue el segundo país de Oriente Próximo en conectarse a Internet, después de Israel, y actualmente aproximadamente el 40% de sus ciudadanos están conectados, la mayor cuota de la región. Parece que las grandes empresas y los bancos sí tendrán sus propias conexiones a la Internet global, a fin de no limitar sus negocios con el exterior.
China y otros muchos países también están intentando controlar de alguna manera el acceso a Internet, así como desarrollando sus propias empresas de acceso y redes sociales.