Esta es sin duda la noticia de la década: China desplaza a EEUU como líder económico mundial y el eje de la globalización se desplaza hacia Asia y el Pacífico. Las consecuencias para todo el mundo serán enormes y en muchos aspectos impredecibles.
En los principales medios de comunicación de calidad en España, pero también en una parte del mundo occidental, apenas se han hecho eco de este giro trascendental, poniendo en evidencia, una vez más, el desfase de sintonía y la desorientación que está atravesando la industria de las noticias. Por aquí, apenas pequeñas notas en las páginas de economía, mientras que en las primeras páginas se debaten ardientemente temas locales bastante obtusos y repetitivos.
Hace tres años que China sobrepasó a EEUU y se convirtió en la primera economía mundial en términos de paridad y de poder adquisitivo, que los expertos coinciden en considerar como el mejor criterio para comparar economías nacionales. China pasó de representar el 2% de la economía mundial en 1980 al 18% el año pasado. Y eso a pesar de un relativo estancamiento del crecimiento de la potencia asiática durante cerca de una década. Ahora vuelve a crecer con fuerza, apoyada por las vastas medidas de estímulo desplegadas desde mediados de 2016. Este sistema mixto, con un estado socialista autoritario y una economía de mercado, está demostrando ser mucho más eficaz para lidiar contra la globalización y el cambio tecnológico. Hay que recordar que China es ya la primera potencia del mundo en varias tecnologías clave, como por ejemplo la robótica. Sus grandes plataformas de Internet, protegidas decididamente por el Estado, se están lanzando ahora a la conquista del mundo. Alibaba, Tencent, Baidu, etc, tienen muy buenas bazas para competir globalmente contra los gigantes norteamericanos, Apple, Amazon, Microsoft y Google.
Es cierto que la estabilidad de la economía china se ha logrado a expensas de un significativo crecimiento de la deuda, que alcanza el 270% del PIB, sumando la pública, la corporativa y la de las familias. Por otro lado, las abultadas reservas de divisas de China han aumentado durante cinco meses. El congreso del Partido Comunista del próximo otoño será sin duda un exponente significativo sobre el devenir del que se denomina a sí mismo como "País del Centro".
La opinión pública internacional empieza a enterarse de este cambio fundamental. La última encuesta del Pew Research Center realizada a ciudadanos de 38 países durante la primavera de este año, muestra que ya un 32% de los encuestados considera que China es el principal poder económico del mundo, por encima de EEUU. En 2008, un 29% de los ciudadanos de la UE pensaba que China era la principal potencia económica del mundo. En la primavera de este año lo piensa un 46%.
En acusado contraste con el liderazgo norteamericano, empantanado en un mar de contradicciones bajo la batuta del presidente Trump, China se ha erigido como el líder de la lucha contra el cambio climático y la apertura comercial, junto a la UE. Silenciosamente, la suerte parece echada.