La cuarta revolución industrial ha sido el tema sobre el que ha girado el acto inaugural del curso que organiza la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la UIMP de Santander.
El primer invitado de este año no podía ser otro que la persona que ocupa la cartera del recién estrenado Ministerio de Agenda Digital, Álvaro Nadal. El ministro ha querido aprovechar su intervención para resaltar que España no puede quedarse atrás en la revolución digital, al igual que ya ocurriera con otras anteriores como la del vapor o la electricidad.
Nadal ha recalcado que la revolución tecnológica en la que estamos inmersos es “muy rupturista”, hasta el punto de cambiar nuestro modo de vida, de producir, incluso el tiempo de ocio. El problema es que los principales impulsores de este cambio están siendo EEUU y Asia, mientras que Europa pierde posiciones. El caso español preocupa especialmente al ministro, ya que “la necesidad de digitalizar España no está en el centro del debate”. Colocar el foco en la digitalización de nuestro país nos concierne a todos, tanto a la sociedad como a los propios políticos. Sin embargo, Nadal ha lamentado que la importancia de esta materia no se ve reflejada en los Presupuestos: de las 503 enmiendas presentadas a su departamento, solo tres tenían que ver con la Agenda Digital.
El ministro se ha mostrado especialmente crítico con Europa, asegurando que “la Agenda Digital Europea no solo es el roaming”. En su opinión, la Comisión Europea “quería sacar pecho” al apresurarse a acabar con este servicio, pero ha insistido en que lo que se elimina es el pago, no el coste. “¿Y quién paga ese coste? Ha faltado sensibilidad con países como España”.
Ventajas españolas
El ministro ha querido destacar las ventajas competitivas de España en determinados sectores, lo que posibilitaría un importante impulso en materia digital. Nuestro pais cuenta con la tercera mejor red de telecomunicaciones del mundo, la misma posición que ocupa en el despliegue de fibra óptica: con el 70% de la población cubierta, solo nos superan Japón y Corea. Francia, segunda en la Unión Europea, cuenta con un 25% de cobertura, mientras que en Reino Unido apenas llega al 2%. Aunque el objetivo es que en 2020 el 100% de la población disfrute de una velocidad de 30MB/sg, el ministro ha confirmado que “yo soy ambicioso y quiero 100MB/sg”.
En cuanto a las redes inalámbricas, Nadal destacó el buen funcionamiento del 4G, pero ya ha adelantado que el año que viene se empezará a utilizar la parte del espectro de 3.5 GHz, previo a la llegada del 5G antes de 2020.
Para conseguir que en España haya una verdadera industria digital, el ministro tiene claro cuáles son las claves: la formación y la financiación. El mercado demandará fundamentalmente personas que hayan estudiado ciencias, incluso Nadal ha bromeado diciendo que “debería ligarse más” formándose en esta rama. También ha aprovechado la ocasión para animar al sector financiero a apoyar proyectos digitales. De hecho, la banca, junto con la sanidad, es uno de los sectores más digitalizados, hasta el punto de que ya exportan algunos servicios.
Leyes analógicas
El ministro se ha referido a uno de los objetivos más importantes en la hoja de ruta de la Agenda Digital: establecer unos principios generales que sirvan como base al ciudadano en la era de Internet. Tras afirmar que “nuestras leyes son analógicas”, el ministro ha recordado que el Grupo de Trabajo sobre Derechos Digitales de los Ciudadanos, encabezado por el exministro socialista Tomás de la Quadra-Salcedo, mantiene abierto un debate sobre derechos y obligaciones en el entorno digital. La legislación actual está provocando situaciones tan incomprensibles como que se restrinjan los horarios de los menores en la televisión, pero puedan estar expuestos a Internet las 24 horas del día. Lo mismo ocurre con las noticias falsas o la ciberseguridad.
En lo referente a los derechos civiles, el ministro ha señalado que es necesario debatir sobre quién debe tener la propiedad de los datos, "si es que tiene que haber propiedad", mientras que también debe repensarse el código tributario.
En definitiva, el ministro ha abogado por la creación de “un ambiente social favorable” que permita tomar conciencia de la importancia de la digitalización y, por ende, de la formación en este tipo de trabajos, ya que “el futuro de nuestro país depende del desarrollo tecnológico”. Solo así podremos “ganar el sueldo de Alemania” o “tener más tiempo libre”.