Una treintena de medios europeos han enviado una carta abierta al Consejo y Parlamento Europeo en la que muestran su desacuerdo con la nueva ley de privacidad en Internet, informa ‘FT’. Editores como ‘Financial Times’, ‘The Guardian’ ‘Le Monde’, Unidad Editorial o PRISA, consideran que de aplicarse las medidas propuestas, compañías como Google o Facebook verían incrementar aún más su poder en la Red.
En concreto, el punto que preocupa a los editores es el que alude a que los usuarios podrán aceptar o rechazar las ‘cookies’ una sola vez en la interfaz de su navegador, es decir, que su elección será válida para todas las páginas y aplicaciones sin distinción. En la actualidad, cada web pregunta al usuario si permite que se le realice un seguimiento de las páginas que visita para poder orientar mejor los anuncios. Las compañías periodísticas consideran que este cambio sustancial perjudicaría seriamente sus intereses, ya que previsiblemente los usuarios optarían por excluir todas las ‘cookies’.
En la carta, los medios más importantes de Europa señalan que si dejan de contar con información sobre sus lectores, no podrán ofrecerles una publicidad relevante, mientras que los datos de los ciudadanos digitales se quedarán en manos de unas pocas plataformas globales, tales como Google, Apple, Microsoft o Mozilla. Por su parte, Facebook cuenta ya con un importante banco de datos sobre sus usuarios. Privados de la información sobre sus lectores, y con unas empresas digitales cada vez más fuertes, los medios se quejan de que no podrán competir con ellas, además de verse obligados a ofrecer un periodismo de peor calidad al contar con menos ingresos publicitarios.
A pesar de que los usuarios tendrían la posibilidad de desbloquear las webs de forma individual, pasando a formar parte de una ‘lista blanca’ similar a la de los bloqueadores de anuncios, lo cierto es que los editores desconfían de que los usuarios se tomen la molestia de realizar estas excepciones. Los medios que suscriben la carta entienden que los ciudadanos estén preocupados por el uso que las empresas dan a sus datos personales, pero no creen que la solución sea privar a las compañías periodísticas de la posibilidad de competir en “un terreno de juego justo”.