La Comisión de Sociedad Digital de la CEOE ha presentado 237 propuestas para que España se sitúe a la vanguardia de la digitalización y pueda crear 250.000 empleos en los próximos tres años.
"Todo lo que se pueda digitalizar se digitalizará". Esta premisa, que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) incluye en su documento, refleja la profunda transformación que está experimentando nuestra sociedad, algo que en los próximos años será aún más disruptivo. Para que empresas, trabajadores y el sector público no vuelvan a caer en los errores que se cometieron en los inicios de Internet, la CEOE ha presentado el 'Plan Digital 2020: la digitalización de la sociedad española', un conjunto de propuestas que tienen como objetivo alzar a España en los principales rankings que evalúan la digitalización de los países. El objetivo es situar a España entre los 20 primeros en el NRI (Networked Readiness Index) y entre los 10 primeros en el DESI (Digital Economy and Society Index). España se encuentra en la actualidad en el puesto 35 del NRI y en el 15º del DESI.
Para conseguir estos objetivos, que ayudarían a España a crear 250.000 nuevos empleos hasta 2020 y a incrementar el PIB un 3,2%, la CEOE reclama un Pacto de Estado por la digitalización que involucre a todas las Administraciones Públicas en tres pilares básicos: educación, innovación y emprendimiento. Si el sector público se conciencia de la importancia de digitalizar el país, explica la CEOE, se impulsaría el crecimiento, se podrían sostener los beneficios sociales, disminuirían las diferencias económicas y sociales, y aumentaría la calidad de vida. Como consecuencia, España podría convertirse en un referente mundial en digitalización. Por eso, el primer paso es crear una Administración Electrónica completa, donde los ciudadanos puedan relacionarse con las estructuras del Estado a través de las nuevas tecnologías.
Además, la CEOE aboga por desarrollar un Programa Nacional de Transformación Digital que ayude a las empresas y a sus empleados a digitalizarse. También busca favorecer la automatización y la aplicación de estas tecnologías en los procesos de venta y en los modelos de negocio. Para las pequeñas empresas sugiere un plan específico que permita comprender a sus propietarios la importancia de la digitalización. Este plan, llamado 'Pyme Digital', incluiría labores de formación.
Sectores clave
La CEOE destaca en su informe que los principales sectores productivos del país (industria, turismo, servicios financieros, seguros, transporte y logística, sanidad, energía e infraestructuras) se verían beneficiados si un sector clave como el digital fuera más competitivo y pudiera influir en los demás: sería un "habilitador y facilitador" del cambio, reza el informe. Para cada uno de los sectores propone una serie de medidas específicas que beneficiarían sus actividades y mejorarían sus actuales procesos, y que pueden consultarse en el informe.
Para lograrlo, la CEOE destaca una serie de tecnologías, de las que explica en el informe su potencial y los desafíos que es necesario superar para su correcta y efectiva implantación. Entre ellas cita la banda ancha, la computación en la nube, el Internet de las Cosas, los drones, los robots o la Inteligencia Artificial.
El informe también incide en la necesidad de que los ciudadanos se digitalicen, abrazando una nueva cultura que se acerque sin miedo a las nuevas tecnologías y sepa utilizar las nuevas herramientas digitales de forma efectiva. Para ello propone fortalecer la confianza digital, entre otras medidas.
Por último, la CEOE destaca la importancia de crear una Sociedad Digital responsable que fomente la inclusión digital, el cuidado del medio ambiente y tenga en cuenta las nuevas formas de economía, como la economía circular y la bioeconomía.
Para que todas estas medidas puedan implantarse con éxito, la CEOE reclama la asignación del proceso de digitalización a una Comisión del Congreso de los Diputados que controle su progreso y ayude a establecer un marco legislativo que permita alcanzar los objetivos, así como una correcta coordinación con los planes propuestos por la Unión Europea y un constante diálogo social sobre el trabajo del futuro, que en cierto modo ya es el del presente.