La XVIII edición del Congreso de Periodismo Digital de Huesca ha contado con Vicente Vallés en su conferencia inaugural. El periodista, que acaba de escribir el libro “Trump y la caída del imperio Clinton”, ha analizado la realidad informativa en la era de la posverdad.
Vallés fue uno de los pioneros en la digitalización de una redacción en televisión, en el año 97 en Telecinco. Desde entonces han cambiado mucho las cosas en el mundo del periodismo. Internet llegó a nuestra vida y los medios tuvieron que adaptarse a una nueva realidad. Mientras que la radio y la televisión supieron utilizar la web en su propio beneficio, para la prensa impresa fue una irrupción letal.
Pero es sobre todo la llegada de las redes sociales la que ha tenido consecuencias importantes en el trabajo periodístico, la política y la sociedad en general. Vallés ha asegurado que “sectores sociales que se creían minoritarios, se han encontrado en las redes y se han dado cuenta de que eran más numerosos de lo que pensaban”. Estos grupos “más apartados de la centralidad” son los que han promovido el triunfo del Brexit, la aparición de nuevos partidos en España o la llegada de Trump.
Estas personas se han hecho fuertes en los medios sociales y han empezado a construir lo que se conoce como “hechos alternativos” o “posverdad”. Para una parte de la sociedad, la verdad paralela se ha convertido simplemente en LA verdad. Y los periodistas tienen que lidiar con esta nueva realidad.
Vallés ha asegurado que el ideal del periodismo, la objetividad, hoy es algo subjetivo. Antes un periodista informaba sobre hechos y nadie los discutía. Los datos eran algo confirmado, incuestionable. Sin embargo hoy en día los hechos también se discuten y aquellos grupos que se han construido una verdad con sus propios datos, rechazan cualquier información que venga a cuestionarla. “Nada de lo que pasa se puede objetivar porque siempre habrá un sector que lo impedirá”.
En la actualidad, los periodistas tienen que demostrar que la información que dan no está opinada ni se trata de una manipulación de los hechos. Además, tienen que ser capaces de mantener cierta distancia para no verse presionados por los comentarios en redes sociales o actuar pensando en cómo evitar ser víctima de un “escrache tuitero”. Sin embargo, para Vicente Vallés el continuo escrutinio a los profesionales de la información no tiene por qué ser malo, al contrario, “me parece muy bien que los focos estén también puestos sobre nosotros”. La estrategia de Trump de colocar su batalla contra los medios como prioridad de su mandato tiene un efecto que no es negativo: “Igual que sometemos a escrutinio la realidad, es bueno que lo hagan con nosotros”, ha señalado el periodista.
Vallés también ha querido recalcar que el sector de la sociedad que se muestra muy interesado por la información es muy pequeño. Hay un grupo más amplio que está medianamente interesado y que solo algunas veces además de ver un informativo, le presta atención. Porque en el mundo de la televisión hay una pelea permanente con el mando a distancia y “en casa no estamos pendientes de pensar qué es lo que debo ver, sino lo que me apetece ver en cada momento”. En cambio, el sector minoritario de la población que está muy interesado en conocer la actualidad, además es muy activo en redes y comenta cualquier noticia en tiempo real. Los políticos están sabiendo utilizar muy bien los medios sociales para llegar a estos grupos de personas sin necesidad de un intermediario como la prensa. Trump ha conseguido con sus tuits “controlar el ciclo de noticias de 24 horas en EEUU”. El presidente del país más poderoso del mundo “condiciona con sus titulares qué se va a decir en los programas y tertulias” hasta la mañana siguiente, que vuelve a dirigir el flujo informativo.
Estamos en un momento en el que se está produciendo un cuestionamiento de lo políticamente correcto en política y en los medios. Los hechos ya no son sagrados, que era lo único objetivo que nos quedaba. Y precisamente por esta razón, el periodismo es más necesario que nunca.