Uber apoyará a quien desarrolle coches voladores

El plan se llama ‘Elevate’ y busca cooperar con todos aquellos actores que estén buscando vehículos voladores de despegue vertical, algo que para Uber forma parte de su esencia: cambiar la forma en que nos transportamos. La compañía de Travis Kalanick ve en estos vehículos típicos de las películas de ciencia ficción la solución a la pérdida de productividad que supone tener a las personas cientos de horas cada año en atascos.

Según explica un documento interno de Uber, “la aviación bajo demanda tiene el potencial de mejorar radicalmente la movilidad urbana, entregando a la gente el tiempo perdido de sus desplazamientos diarios”. La compañía explica en dicho informe que un ciudadano que viva en San Francisco pasa cada año más de 230 horas viajando de casa al trabajo y viceversa. “Medio millón de horas de productividad perdida cada día”, ilustran. En ciudades como Los Ángeles o Sídney se pueden llegar a pasar siete semanas enteras al año en un coche, lo que implica “menos tiempo con la familia, menos tiempo en el trabajo haciendo crecer nuestras economías y más dinero gastado en combustible, con un marcado aumento en nuestros niveles de estrés”.

Según cálculos de Uber, construir una infraestructura para una red de automóviles voladores sería más barato que construir nuevas carreteras, ferrocarriles y puentes, ya que la parte superior de algunos edificios podría convertirse en un pequeño aeropuerto. Además, las aeronaves no tendrían por qué seguir unas rutas prediseñadas, evitando todo tipo de atascos.
La parte negativa a estos planes (o deseos) de Uber la ponen algunos expertos del sector aeronáutico, que en cierto modo han hecho a la empresa poner los pies en la tierra: por un lado, alertan de la dificultad que tendrán los desarrolladores de estos vehículos voladores para lograr los permisos pertinentes; por otro, ven en este tipo de proyectos sueños de los millonarios que están detrás de las grandes marcas digitales difícilmente convertibles en algo real.

Sea como sea, Uber quiere que existan estos vehículos voladores y quiere, por supuesto, que formen parte de su red de medios de transporte. Lo hace en nombre de nuestro tiempo y de la productividad. Quizás lo haga también en nombre de su propia misión: seguir revolucionando la forma en que nos movemos de un lugar a otro. Ya sea por tierra, mar o aire.