“El Español” es un medio que aspira a ser influyente, tanto dotando de elementos de juicio a sus lectores para que puedan interpretar la realidad, como incentivando los cambios que necesita este país. Pedro J. aseguró durante el desayuno que su medio ganará en penetración e influencia con el paso del tiempo, pero no garantiza milagros. “Por muy contundentes que parezcan las revelaciones de un medio, por muy humeante que parezca la pistola que se presenta ante la opinión pública, al final la oportunidad de desarrollar e implementar los grandes cambios políticos es de los ciudadanos”.
El periodista considera que en España perdimos una gran oportunidad este año de cambiar el rumbo del país, pero reconoce que para que se produzcan cambios en las instituciones, primero “tenemos que conseguir impregnar de cultura democrática a la base de la sociedad”. Y la experiencia nos dice que si en democracias consolidadas como Reino Unido o EEUU han germinado fenómenos populistas, es porque ninguna sociedad está a salvo.
Respecto a los cuatro partidos más importantes de nuestro país, Pedro J. no esconde su postura frente a ellos. Es bien conocida su animadversión por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que compara con el muñeco giratorio que se usaba en los torneos medievales. “Una de las características del estafermo es que ni siente ni padece”, por lo que “difícilmente puede ser atacado o caer víctima de las enfermedades que nos afectan a los demás”. Justifica su triunfo ante los españoles porque en esa decisión también entra la comparación con otras alternativas. Pero en su opinión, Rajoy debería haber dimitido en 2013, cuando afloraron los SMS a Bárcenas, si estuviéramos en un país como Reino Unido. El problema es que “en España no hay una democracia genuina, vivimos en una cupulocracia” en la que un partido como el PP no posibilita una mayor democracia interna. Con todo, no ve un apoyo a los Presupuestos de 2018 y sí la celebración de nuevas elecciones.
En cuanto al PSOE, cree que es “capital” para la estabilidad de la democracia española que el partido socialista vuelva a ser la fuerza hegemónica de la izquierda moderada. Las diferencias entre Susana Díaz y Pedro Sánchez se pueden solventar, igual que José Bono fue capaz de integrarse en el Gobierno de Zapatero tras ver cómo le arrebataba el liderazgo del partido.
El llamado ‘Pacto del Abrazo’ que sellaron PSOE y Ciudadanos es, a juicio de Pedro J., “el acontecimiento político más importante del año”. Aunque no desembocara en la formación de un Gobierno, está convencido de que habrá una segunda oportunidad de acuerdo entre los dos partidos de centro. ‘El Español’ respalda una propuesta de Gobierno en la que esté Ciudadanos, el partido que despierta todas las simpatías de Pedro J. Su deseo es que el partido naranja deje de ejercer como bisagra y se convierta en alternativa de poder, pues “es el que tienen la posición más clara en relación a los grandes asuntos españoles”.
Su antagonista, Podemos, es sin duda el partido con el que el periodista fue más crítico. Primero se cuestionó por qué no había acudido nadie al desayuno al que estaban invitados los principales partidos. “¿Solo vienen al Palace o al Ritz cuando están encima del estrado? ¿Solo cuando intervienen medios de comunicación que se acercan al modelo panfletístico que el propio Iglesias promociona?”. Pedro J. cuestionó la relación que este partido tiene con la prensa. A su juicio, “esas fantasías sobre la intervención en los medios de comunicación que periódicamente afloran en Podemos, ese señalar, unas veces agriamente y otras con apariencia de jovialidad, a los periodistas por su nombre y apellido, todo eso se corresponde a un modelo muy inquietante desde el punto de vista de los valores y las libertades públicas”. Aunque le parece más razonable el discurso de Errejón, cree que desde dentro están incentivando “el culto al extremismo”.
Finalmente, Pedro J. fue cuestionado sobre la cuestión catalana. En ‘El Español’ defienden una reforma constitucional para “clarificar las competencias del Estado, cerrar el mapa autonómico y acabar con algunas de las disposiciones transitorias”. El periodista tiene claro que es imposible que Cataluña se separe de España cuando hay una inmensa mayoría de españoles que está en contra. Además, “en la Europa de las libertades, los Estados-nación representan la única garantía creíble para proteger los derechos individuales de todos los españoles, de todos los catalanes, incluidos aquellos españoles que se creen no serlo”.
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