La compañía asegura que seguirá prestando el servicio en las ciudades en las que ya opera y que frenar sus planes de expansión se debe a que buscan “refinar nuestro enfoque” sobre el proyecto.
Google Fiber echa el freno. La división de Alphabet encargada de desplegar su propia red de fibra óptica en Estados Unidos da un paso atrás y paraliza sus planes de expansión. Al menos de momento. “En las ciudades en las que lo hemos lanzado o está en construcción, nuestro trabajo va a continuar”, explica Craig Barratt en el blog de la compañía. “Para la mayoría de nuestras ciudades potenciales – aquellas en las que hemos estado en conversaciones exploratorias – vamos a hacer una pausa en nuestras operaciones y oficinas mientras refinamos nuestro enfoque”. La compañía asegura que quieren centrarse en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan acceder a Internet a mayor velocidad que la actual.
A pesar del optimismo que desprende el post que anuncia los nuevos planes de la división, Barratt anuncia que dejará su puesto al frente de Google Fiber y que la plantilla del proyecto se recortará en aproximadamente un 9% sobre un total que ronda los 1.500 empleados.
El anuncio implica paralizar una arriesgada apuesta que comenzó en 2012 y que ya dota de conexión a Internet de alta velocidad a nueve ciudades estadounidenses: Chicago, Dallas, Los Ángeles, Oklahoma, Phoenix, Portland, San Diego, San José y Tampa. Seguirá prestando sus servicios en estas urbes y continuará con las obras que ya han iniciado en Huntsville, Irvine, San Antonio y Louisville. Pero no iniciará más obras hasta redefinir un proyecto que, según analistas del sector, no ha tenido el éxito esperado: los grandes teleoperadores estadounidenses no sólo vieron una grave afrenta en los planes de Google de convertirse en un competidor, sino que reaccionaron con agresivas ofertas que disminuyeron el interés por ser cliente de Google Fiber. Además, algunos movimientos de la propia compañía resultaron polémicos entre algunos usuarios, como el hecho de multar automáticamente a aquellos usuarios que realizaban descargas de contenidos pirateados.
Google no es la única empresa digital que ha comenzado a desplegar sus propias redes: Facebook también está explorando vías para
dotar de conexión a Internet a zonas remotas a través de drones.