De repente, los protagonistas salían de la gran pantalla plana del smart tv del salón de la casa de mis suegros y se sentaban en mi sofá. Es como si llevara puestas las gafas de realidad virtual VR Box que me regalaron unos amigos.
La pantalla se partía para chatear con los cinéfilos sobre los exteriores, los actores, la ciudad del cine de Tabernas donde estaba rodada, la programación del próximo Festival de Cine del Oeste de Almería… y algunos amigos de cine-clubs regalándome entradas y promociones.
Yo aprovechaba para enviar algunos vídeos a los amigos de Instagram y Twitter, así como para darme de alta en un grupo de cinéfilos de Facebook y pillar un par de expertos para mi perfil de LinkedIn.
Después volvieron a reponer un clásico de Telemadrid: ‘Madrid Directo’, pero era más directo que nunca, gracias a la posibilidad de descargar la receta por la web del programa, plantear preguntas al presentador, presentar una denuncia con foto del socavón de mi calle de atrás y ver cómo aparecía en pantalla. ¡Alucinante! ¡Sin censura previa!
Luego me fui al menú de la web para ver en la televisión a la carta los mejores vídeos de Youtube en un nuevo programa llamado ‘Digital Madrid’, donde puedo pillar algunas ideas para un curso que tengo que dar el sábado en Constanza Business School. Y de paso, miré la agenda de eventos de Madrid en la sección de ‘Drones y Robots’ para ir este finde a ver una carrera de drones que retransmite y esponsoriza Telemadrid.
¡Abre los ojos!, decía mi suegro… ¡Abre los ojos!, me repetía. Y por fin, los abrí. Ya no estaba en el salón ni la realidad virtual, ni la segunda pantalla con la televisión a la carta, ni las redes sociales, ni la cultura digital transmedia. ¡Todo había sido un bello sueño!
¿Os imagináis que fuera posible? ¿Os imagináis que los grandes profesionales de Telemadrid tuvieran la oportunidad de hacer realidad este sueño multimedia en lo técnico y transmedia en lo narrativo?
¡Podemos! ¡Es posible soñar! Sólo hace falta un grupo de irreductibles galos que sea capaz de luchar por ello… y que los romanos dejen hacer, claro.
¡Merece la pena soñar!
Si (
No(
