Aunque admiten que es necesario reordenar el espectro para facilitar las redes 5G, apuestan por un proceso a largo plazo que aporte seguridad jurídica al sector audiovisual.
La TDT (Televisión Digital Terrestre) tiene que convivir con las redes 4 y 5G. Ante una sociedad que demanda cada vez mayor cobertura y consumo de datos, las televisiones se ven obligadas a migrar sus señales a nuevas bandas para permitir que la telefonía móvil disponga de mayor capacidad. En los últimos años se ha producido el apagón analógico y varios movimientos de algunos canales, lo que obliga a los usuarios a resintonizar sus televisores y, en ocasiones, a adaptar sus antenas. Por eso el sector pide al Gobierno una “hoja de ruta” con “tiempo suficiente y sintonía” para que se hagan “las cosas adecuadamente”, en palabras de José Luis Fernández, director general de estrategia de Televés.
El 30º Encuentro de Telecomunicaciones y Economía Digital, celebrado en Santander, ha reunido a directivos de las principales empresas del sector. Todos han coincidido en la necesidad de adoptar un plan de transición más suave y no disruptivo. España tiene empresas “a la vanguardia y preparadas para aprovechar esta oportunidad” de liderar el sector de la TDT en Europa, explicó Fernández, algo en lo que coincide Josep Ventosa, director de la unidad de negocio de Cellnex Telecom, quien añadió que “la TDT es competitiva e innovadora y está preparada para ser pilar del modelo de televisión europeo”.
Entre las peticiones casi unánimes está la de mantenerse en la banda sub-700 como mínimo hasta 2030, así como apurar la prórroga que aprobará, previsiblemente, la Unión Europea sobre la transición, explicó Mario Rodríguez, director general corporativo de Mediaset. Las empresas también piden un plan de compensaciones que les ayude a amortizar las inversiones realizadas hasta el momento para culminar la migración. El presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Alejandro Perales, también solicitó ayudas para que los usuarios puedan actualizar sus equipos a los nuevos requerimientos derivados de la migración, como ya sucedió en la primera transición.
Según datos aportados por los ponentes, la industria cultural y creativa en Europa supone el
6,8% del PIB comunitario, con casi un millón y medio de pymes involucradas que generan el 6,5% del empleo del continente.