Una vez finalizados los Juegos de Río todos los esfuerzos olímpicos están puestos en la próxima cita, que se celebrará en Tokio dentro de cuatro años. Pero en Japón tienen un deseo adicional a organizar unos Juegos Olímpicos futuristas y perfectos: quieren una competición paralela en la que participen robots.
Recién clausurados los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil) todas las miradas se concentran en Tokio, la próxima anfitriona de la mayor competición deportiva que existe. Mientras los deportistas comienzan a preparar sus pruebas, Japón se prepara para cuatro años de trabajos enfocados a organizar unos Juegos a la altura de lo que se espera de un país futurista, tecnológico y sorprendente. Y parece que no van a defraudar: hace algún tiempo que el primer ministro del país, Shinzo Abe (que también ha tenido su protagonismo en los Juegos de Río al sorprender al mundo disfrazado de Super Mario), reconoció que le gustaría organizar unos Juegos Olímpicos específicos para robots: "En 2020, me gustaría reunir a todos los robots del mundo y tratar de organizar unos Juegos Olímpicos en los que compitan en habilidades técnicas”.
Abe, cuyos planes de gobierno proyectan una gran inversión en robótica para triplicar el peso de esta industria en la economía japonesa (hasta los 24.000 millones de dólares), en realidad expresó una idea que, en cierto modo, ya existe: las competiciones de robots no son nuevas, aunque la mayoría de ellas se basan hasta ahora en desarrollar mejores robots con más capacidades, por lo que los verdaderos participantes son los diseñadores de robots, que compiten entre ellos para crear el mejor androide. El objetivo es lograr una mayor autonomía y el eterno objetivo de crear robots capaces de aprender por sí mismos y tomar sus propias decisiones.
Al margen de las competiciones serias sí que existen programas como la RoboCup o los RoboGames. La primera es un torneo de fútbol para robots, mientras que la segunda se asemeja más a los deseos de Shinzo Abe y se autodefinen como las “Olimpiadas de los Robots”, con hasta 38 países participantes y pruebas como fútbol, hockey, combate de fuego (esto no es olímpico entre humanos todavía) e incluso sumo o kung-fu.
Muchas de estas competiciones buscan, no obstante, las guerras de robots: una lucha “a muerte” entre dos máquinas en la que sólo puede quedar una. Ese es el argumento de BattleBots, un programa de la televisión estadounidense del que ha nacido una franquicia de eventos al estilo Pressing Catch.
Resulta evidente que en los cuatro años que quedan para los Juegos de Tokio la robótica avanzará a tal velocidad que puede que para entonces Shinzo Abe pueda celebrar unos verdaderos Juegos Olímpicos para robots. Es hora de entrenar a nuestros androides si queremos repetir palmarés.