La Unión Europea busca regular el creciente impacto de los robots sobre el empleo y analiza fórmulas para considerar “personas electrónicas” con derechos y deberes a estos humanoides.
Los robots son cada vez más inteligentes, autónomos… y humanos. Al menos en apariencia. Por eso todo apunta a que en pocos años serán algo común en comercios, hoteles o lugares de trabajo en los que hasta ahora no era frecuente verlos. Ante el impacto que podría tener sobre el ya de por sí precario mundo laboral en Europa, la Comisión Europea está estudiando fórmulas para calificar como “personas electrónicas” a los robots, de manera que las empresas que los “contraten” como empleados tengan que cotizar por ellos a la Seguridad Social y garantizar la responsabilidad legal sobre sus acciones, dada su todavía limitada autonomía y la imposibilidad de cargar sobre una máquina las culpas derivadas de un accidente o un error.
El proyecto se aplicaría a los robots más sofisticados y supondría dotarlos de derechos y obligaciones específicas, informa Reuters. Además, se crearía un registro de robots inteligentes y las empresas tendrían que declarar el dinero que ahorran en cotizaciones sociales por utilizar robots en lugar de humanos.
Desde los principales fabricantes de robots del continente no ven con buenos ojos la nueva regulación. Alegan que “sería muy burocrático y podría impedir el desarrollo de la robótica”, explica Patrick Schwarzkopf, director general del departamento de robótica y automatización de la VDMA. “Es crear un marco jurídico para personas electrónicas, pero es algo que podría suceder en 50 años, no en 10”, añade.
La Comisión Europea ha solicitado este estudio alegando que
la robótica y la Inteligencia Artificial absorberán parte de los empleos, poniendo en riesgo los sistemas de Seguridad Social y perjudicando a las personas cuyos empleos serían sustituidos por máquinas. Esos datos, sin embargo, han sido rebatidos por el propio Schwarzkopf, quien ha señalado que el número de empleados humanos en la industria automovilística alemana ha crecido un 13% entre 2010 y 2015, mientras que la cifra de robots crecía un 17% en el mismo periodo.